Las autoridades británicas han dado la voz de alarma: los casos de VIH en el Reino Unido se dispararon un 51% el año pasado, alcanzando un máximo de 15 años. Según un nuevo informe de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA), el país registró algo más de 6.000 casos nuevos en 2023.
¿Qué ha pasado? ¿Se ha relajado la vigilancia de golpe, de repente se han multiplicado las conductas de riesgo? No, naturalmente, y la explicación la ofrece un dato adicional aportado por la sanidad pública británica: por primera vez, más de la mitad de los casos (53%) corresponden a personas diagnosticadas originalmente fuera del Reino Unido. De ese grupo, el 75% de los portadores son africanos. Y siguen propagando la enfermedad entre ellos después de su llegada a las islas: 253 diagnósticos corresponden a personas que llevan menos de dos años en Inglaterra.
«El aumento de las pruebas de VIH junto con una positividad mayor y sostenida entre los heterosexuales africanos negros puede indicar que la transmisión continúa», especifica el informe de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA). «Sin embargo, esta cifra también podría verse afectada por los cambios en los patrones de inmigración, con un aumento reciente de personas diagnosticadas con VIH en el extranjero que llegan a Inglaterra».
La sanidad británica se había fijado el objetivo de «contagios cero» de VIH para 2030, una meta más realista de lo que parece si no fuera por el demencial compromiso del Gobierno con la acogida masiva de inmigrantes procedentes del Tercer Mundo. Mientras sigan llegando descontroladamente, se irá en la dirección contraria.
Y seguirán, porque ni siquiera estas alarmadísimas autoridades sanitarias se atreven a hablar claro y pedir la solución más obvia, sino que siguen disparatando en el habitual lenguaje inane de lo políticamente correcto. «Los últimos datos publicados sobre el VIH en Inglaterra muestran claramente que una continua falta de equidad e igualdad impide que las personas puedan vivir bien con el VIH», ha declarado al Telegraph Robbie Currie, director ejecutivo del Fondo Nacional del Sida (NAT). Lo importante para Currie, parece, es que la gente se acostumbre a vivir con sida lo mejor que se pueda, no erradicar los contagios.
África es, con diferencia, el mayor foco de VIH del mundo: dos tercios de la población mundial con diagnóstico de VIH vive en el continente. Mientras tanto, el 23% de los visados de trabajo y estudio emitidos por el Reino Unido el año pasado se concedieron a africanos. Además de agravar el peligro de la enfermedad, el aumento de la población seropositiva en el Reino Unido también representa una carga financiera pública en un país con un sistema de medicina socializada que ya está bajo presión. Se ha estimado que el costo de por vida de tratar a un paciente con VIH en el Reino Unido oscila entre 73.000 y 404.000 libras.