Los inmigrantes ilegales que están alojados en hoteles del Reino Unido seguirán allí durante los tres próximos años por retrasos en los trámites de solicitud de asilo, que se van a alargar mucho más de lo que el Ejecutivo que lidera Keir Starmer esperaba. En la actualidad, casi 30.000 inmigrantes viven en más de 250 hoteles del país, lo que supone un coste para el Estado de 4,2 millones de libras esterlinas al día.
La noticia contradice lo que Starmer prometió en el manifiesto electoral del Partido Laborista en el que aseguró que quería «acabar con los hoteles para solicitantes de asilo, ahorrando miles de millones de libras al contribuyente». La formación no estableció entonces un plazo para cerrar los hoteles, pero se esperaba que el Ministerio del Interior lo hiciera dentro de un año. Sin embargo, la titular de esta cartera, Yvette Cooper, y otros miembros del Gobierno han admitido en privado que cumplir esta promesa electoral llevará mucho más tiempo de lo esperado, según asegura el diario británico The Times.
Cooper ha explicado que espera que Interior pueda resolver 87.217 solicitudes en un plazo de entre 12 a 18 meses y así mejorar la tasa de resolución. Sin embargo, existen otras 137.525 peticiones a la espera del resultado de apelaciones o de la expulsión de los solicitantes, algo que no depende de forma directa de su Ministerio. Es decir, en total hay 224.742 solicitudes de asilo pendientes, lo que va a retrasar el desalojo de los hoteles.
El problema se agrava por la llegada continua de pequeñas embarcaciones con inmigrantes ilegales al Reino Unido. Más de 25.000 personas han llegado este año, más de 10.000 de ellas desde que el Partido Laborista asumió el poder el 5 de julio.
«Va a llevar mucho más tiempo despejarlos de lo que anticipamos. Ciertamente no se resolverá en un año», han confesado fuentes laboristas al citado periódico. Estas fuentes también culpan al anterior Ejecutivo del previsible atraso: «Hemos heredado un sistema de inmigración completamente fallido de los tories. Incluye gastar más de 700 millones de libras en Ruanda y medidas que no funcionaron. Estamos trabajando para reducir el atraso que dejaron, claramente no hicieron nada en los meses previos a las elecciones. Los números hablan por sí solos».
Hasta junio, había 29.585 inmigrantes en hoteles, otros 61.778 en alojamientos dispersos, pequeñas viviendas privadas distribuidas por todo el país y antiguos dormitorios universitarios. Y aunque esta cifra ha bajado desde un pico de 56.042 en 398 hoteles en septiembre del año pasado, cuando el coste superaba los ocho millones de libras al día, el precio sigue siendo muy alto.