La Unión Europea ha difundido un comunicado a través de su web y las redes sociales en el que acusa a «elementos pro-Assad» (ex presidente de la República Árabe de Siria) de estar perpetrando una ofensiva contra civiles en Siria. Sin embargo, son los nuevos mandos yihadistas los que, según denuncias sobre el terreno, han lanzado una ola de violencia contra poblaciones cristianas, drusas y alauitas en la región costera del país.
Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una ONG con sede en Londres que mantiene informantes en Siria, las fuerzas de seguridad de las actuales autoridades han ejecutado a más de 1.000 civiles desde que comenzó la escalada el pasado jueves. El número total de fallecidos asciende ya a 1.018, muchas de ellas mujeres y niños.
Los ataques se han concentrado especialmente en la ciudad de Latakia, una de las principales zonas de combate y bastión histórico de la comunidad alauita, a la que pertenecía el expresidente Bashar al Assad. Según los reportes del Observatorio, la urbe se ha convertido en un objetivo prioritario de las represalias ejecutadas por las fuerzas islamistas, que han lanzado una ofensiva indiscriminada contra estas minorías.
A pesar de estas denuncias, la Unión Europea ha insistido en su versión y ha reiterado su «firme condena» a la supuesta ofensiva de elementos afines al antiguo gobierno sirio. En su comunicado, el organismo supranacional hace un llamamiento a la protección de los civiles y al respeto del derecho internacional humanitario. Sin embargo, no menciona en ningún momento los crímenes que están llevando a cabo las nuevas autoridades islamistas en la región.
