El Parlamento Europeo ha decidido que todos los perros y gatos deberán estar registrados mediante un microchip para facilitar su seguimiento. El reglamento, aprobado por una amplia mayoría de eurodiputados, exige que todos los perros mayores de cinco años y los gatos mayores de diez lleven un microchip.
Además, sus datos deberán almacenarse tanto en una base de datos nacional como en otra compartida por toda la UE. Es decir, los gatos y perros serán más fáciles de rastrear que un inmigrante ilegal entrando por las Baleares, Islas Canarias o cualquier puerto de España.
Mientras tanto, Bruselas lleva años debatiendo un Pacto sobre Migración y Asilo sin lograr ningún tipo de consenso. Pero cuando se trata de controlar a las mascotas, el consenso es absoluto. El nuevo Pacto Felino se aprobó sin contratiempos.
A ello hay que sumarle que quiere imponer también estrictas regulaciones sobre la venta de perros y gatos en tiendas de animales, la cría de ejemplares con “rasgos excesivos” que puedan afectar a su bienestar, y la participación de animales mutilados en concursos o exposiciones. Nos dicen que es imposible crear un registro común de quién entra y sale de la UE.
Pero, al parecer, sí es perfectamente viable saber toda la información sobre su mascota. Que el 60% de las ventas de mascotas se haga por internet ya es un problema para Bruselas, pero nadie presta atención a quienes entran.