«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Desde los sectores conservadores nacionales, sin embargo, la respuesta fue de contundente rechazo.

Von der Leyen aprovecha la ampliación de miembros de la UE para limitar la soberanía de las naciones y centralizar el poder

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Europa Press

Bruselas está utilizando la planeada ampliación a más de 30 Estados miembros como justificación para relanzar su propuesta de eliminar el derecho de veto nacional, una medida que supone una fuerte transferencia de poder desde los gobiernos nacionales hacia las instituciones comunitarias.

A pesar de que el principio de unanimidad, que permite a cada país bloquear decisiones en áreas clave como política exterior o defensa, ha sido históricamente una garantía de soberanía para los Estados miembros, la Comisión insiste en que es necesario reducir su uso para que Bruselas funcione con eficacia.

Durante el pleno del Parlamento Europeo celebrado este jueves en Estrasburgo, la idea de reformar los tratados y aplicar cambios institucionales volvió al centro del debate. La comisaria Ekaterina Zaharieva defendió que, para preparar la ampliación, deben adoptarse ya “cambios suaves” dentro del marco legal actual, e incluso se mostró partidaria de aplicar las llamadas “cláusulas pasarela”, que permiten sustituir la unanimidad por la mayoría cualificada en decisiones clave, sin necesidad de reformar los tratados.

Bajo este sistema, sólo se requiere el respaldo de 15 países que representen el 65% de la población para que una medida sea vinculante para todos, dejando fuera la posibilidad de veto por parte de un solo Estado o grupo reducido.

El argumento central es que una Bruselas con más de 30 miembros no puede permitirse la parálisis institucional. Por ello, gran parte de los eurodiputados de partidos tradicionales y de la izquierda defendieron la necesidad de adaptarse, no solo en lo institucional, sino también en lo presupuestario.

Varios eurodiputados advirtieron que acelerar la adhesión de países como Ucrania implicaría enormes costes financieros para los actuales miembros, con Bruselas imponiendo decisiones sin el consenso de todos.

El eurodiputado húngaro Csaba Dömötör de Patriotas por Europa denunció que se evita deliberadamente hablar del impacto económico de la ampliación, y destacó que su país celebrará un referéndum sobre la adhesión ucraniana. “¿Tienen ustedes el valor de hacer lo mismo?”, preguntó a sus colegas.

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