«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La teoría de la fuga de laboratorio: de conspiración a consenso

Científicos británicos denuncian cómo se ocultó la verdad sobre el origen del covid: «Quisieron destruirnos»

Trabajadores en el Instituto de Virología de Wuhan, China. Shepherd Zhou

Cada vez son más las informaciones relativas a la pandemia que están saliendo a la luz de boca de quienes han sido silenciados durante años por el poder. Uno de los últimos casos es el de los profesores Gwythian Prins y John Constable, dos prestigiosos científicos que aseguran que el gobierno británico ocultó información clave sobre el origen del COVID-19 y que ellos mismos fueron objeto de una campaña de desprestigio por revelar la verdad.

Prins, profesor emérito de investigación en la London School of Economics, y Constable, analista y fundador de la Fundación de Energías Renovables, afirman que, junto con otros expertos como el exjefe del MI6 Sir Richard Dearlove, enviaron en marzo de 2020 informes urgentes a Downing Street alertando sobre la posibilidad de que el virus SARS-CoV-2 se hubiera originado en el Instituto de Virología de Wuhan y no en un mercado húmedo, como se insistía en la narrativa oficial.

«El propio Boris Johnson nos dio la razón, pero se rindió ante sus asesores», sostiene Prins. Según ellos, el entonces primer ministro británico les confesó que creía en su versión de los hechos, pero que no podía enfrentarse a la maquinaria del sistema.

La teoría de la fuga de laboratorio: de conspiración a consenso

Las primeras investigaciones de Sørensen, un virólogo noruego que trabajó con el grupo de Prins y Dearlove, ya apuntaban a que el virus había sido manipulado en experimentos de «ganancia de función» en Wuhan. No obstante, en marzo de 2020, cualquier intento de discutir esta hipótesis era rápidamente censurado o ridiculizado. Ahora, la CIA y medios como The New York Times reconocen que el origen del virus puede estar relacionado con la investigación en laboratorios.

«El gobierno británico no sólo ignoró nuestras advertencias, sino que además intentó destruir nuestra credibilidad«, denuncia Prins. En 2022, su cuenta de correo fue hackeada y filtrada a foros en internet con una mezcla de información real y falsificaciones, una maniobra que él atribuye a los servicios de inteligencia rusos.

Constable, por su parte, descubrió evidencias de que el virus podría haber circulado en el Reino Unido mucho antes de lo que indicaba la narrativa oficial. Encontró testimonios de británicos que presentaron síntomas en octubre y noviembre de 2019 tras asistir a eventos con viajeros del Lejano Oriente. Pese a sus esfuerzos por que el gobierno realizara pruebas a estas personas, se encontró con un muro de silencio.

«Lo verdaderamente alarmante no es que hayamos sido ignorados», dice Prins. «Es que el mecanismo gubernamental británico ha demostrado ser completamente impermeable a cualquier información que contradiga su versión oficial. Es un problema sistémico de pensamiento de grupo que pone en peligro la toma de decisiones en momentos crítico», añade.

Cinco años después de la declaración del confinamiento nacional en el Reino Unido, estos expertos siguen denunciando la forma en que se manejó la pandemia. «Nuestro objetivo no es recibir disculpas ni reconocimiento. Queremos asegurarnos de que nunca vuelva a ocurrir algo así«, aclara Constable.

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