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PROVOCADA POR SUS POLÍTICAS

Ducharse en pareja, limpiarse con toallitas, no llevar corbata… las ocurrencias ‘progres’ ante la crisis energética

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sin corbata. Europa Press

En los últimos meses, estamos siendo testigos de una crisis energética provocada por las políticas irresponsables que, desde hace años, están impulsando los líderes de los países occidentales. Políticas que han condenado a las naciones europeas a una dependencia energética que la guerra de Ucrania no ha hecho sino mostrarla en toda su crudeza.

Sin embargo, esta terrible ―y evitable― coyuntura no ha hecho que los líderes europeos entonen el ‘mea culpa’ y rectifiquen la dirección de su política energética, sino que han descargado su responsabilidad sobre los ciudadanos y les han pedido que ‘resistan’ y hagan un esfuerzo para ‘derrotar a Putin’; es decir, que paguen los platos rotos. La única alternativa que nos ofrecen nuestros gobernantes ante su errada gestión es el ahorro energético, y esto se ha traducido en consejos de lo más variopinto, a la par que ridículos, proferidos por los gerifaltes del Viejo Continente.

La Gaceta de la Iberosfera publicaba este martes la ocurrencia de la ministra de Medio Ambiente de Suiza, Simonetta Sommaruga, que ha sugerido a los suizos que “apaguen el ordenador cuando no lo estén usando, que apaguen las luces, o que se duchen juntos” como parte de sus medidas para lograr una reducción del 15% en el consumo de energía.

El extravagante consejo de la ministra suiza es uno más de los que estamos escuchando por parte de los dirigentes europeos en los últimos meses. El vicecanciller y ministro de Economía de Alemania, Robert Habeck, confesó hace tres meses haber acortado sus duchas y recomendó a los más de 80 millones de alemanes, a través de su ministerio, a hacer lo propio, incluso hacerlo con agua fría.

El largo catálogo de consejos que publicó el Ministerio de Economía alemán, según recoge Libre Mercado, incluye todo tipo de recomendaciones: poner la calefacción a menor temperatura en invierno y el aire acondicionado un par de grados más en verano, aislar bien la vivienda, cerrar las puertas de cada habitación para conservar el calor, cocinar con la tapa puesta, apagar el horno y la vitrocerámica unos minutos antes de terminar la cocción para aprovechar el calor residual y tener cuidado con los electrodomésticos en ‘stand by’, entre otras cosas.

Una recomendación que ha traspasado mediáticamente las fronteras alemanas ha sido la de Winfried Kretschmann, presidente de la región de Baden-Württemberg, en el sur del país. El dirigente alemán, perteneciente como Habeck al partido de Los Verdes, ha recomendado limpiarse con toallitas en lugar de usar la ducha. También se le ha podido ver, a través de un vídeo, agachándose frente a un radiador para explicar a sus compatriotas como el bajar la temperatura también puede ahorrar energía.

Desde Bruselas también han llegado sugerencias. El Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, el socialista Josep Borrell, pidió en marzo a los ciudadanos europeos que bajaran la calefacción de sus casas. La pasada semana, el dirigente de la UE, que cobra más de 300.000 euros al año, animaba a los europeos a “resistir” ante el auge de los precios.

El Gobierno de España también ha sermoneado a sus ciudadanos sobre el ahorro energético. A principios de agosto, el Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto que imponía, entre otras cosas, obligaciones relativas a la temperatura de los sistemas de calefacción y refrigeración de las empresas, los comercios, los hoteles y los transportes. La temperatura en verano no podrá bajar de los 27 de grados, y no podrá subir de los 19 grados en invierno.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no quiso faltar a esta moda de dar consejos a los ciudadanos y, en una rueda de prensa surrealista a finales de julio, confesó haber pedido a los ministros y al resto de responsables públicos que no usaran corbata cuando no sea necesario en pos del ahorro energético. También pidió a los dirigentes del sector privado que se sumaran al gesto.

Pero estas ocurrencias no han venido sólo del mundo de la política, en marzo vimos como la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, una de las mujeres más ricas de España, revelaba en una entrevista que había bajado la calefacción de su casa ―no especificó en cual de todas las que tiene― a 17 grados para responder a la invasión rusa de Ucrania.

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