La conspiración de silencio en torno al desastre sin paliativos de las políticas británicas (y europeas) sobre inmigración ha saltado por los aires gracias a la «resurrección» por parte de Elon Musk del escándalo de las menores abusadas por bandas de paquistaníes en varias localidades inglesas, y ya hay políticos que se atreven a sumar 2 + 2 en público.
Es el caso del diputado tory Robert Jenrick, ministro de Justicia «en la sombra» del Partido Conservador. En declaraciones a la cadena GB News, aseguró que los principales responsables de que el Reino Unido sea hoy un país más inseguro son los extranjeros procedentes de «culturas foráneas» que han llegado en masa al país en los últimos años.
Una declaración así por parte de un miembro de un partido del sistema era hasta hace muy poco impensable y aun más que, tras la previsible indignación que han provocado sus palabras, se mantenga en sus trece y doble la apuesta en lugar de pedir disculpas.
«Hemos asistido a la entrada de millones de personas al Reino Unido en los últimos años y algunas de ellas tienen actitudes retrógradas, francamente medievales, hacia las mujeres», reiteró en la cadena citada, donde recordó que que el actual escándalo de violaciones por parte de bandas de pederastas «comenzó con el inicio de la inmigración masiva». «No disfrazaré ni suavizaré mi lenguaje simplemente para asegurar que algunas personas no se sientan ofendidas», añadió.
«Se abandonó el Estado de derecho para sostener el mito de que la diversidad es nuestra fuerza, destruyendo en el proceso las vidas de miles de niñas blancas vulnerables de la clase trabajadora», siguió el diputado designado por el Partido Conservador para ocupar la cartera de Justicia en un futuro gobierno.
«Este espantoso asunto es el último clavo en el ataúd para los liberales que todavía se aferran al argumento de que Gran Bretaña es un caso de éxito en materia de integración. El escándalo comenzó con el inicio de la inmigración masiva. La importación de cientos de miles de personas de culturas extranjeras, que poseen actitudes medievales hacia las mujeres, nos trajo aquí. Y después de 30 años de este desastroso experimento, ahora tenemos bloques de votantes sectarios arraigados que hacen que sea un suicidio electoral para algunos parlamentarios enfrentarlo. Este escándalo muestra por qué debemos ponerle fin. Los ciudadanos extranjeros responsables deben ser deportados, sin condiciones ni peros. Y los funcionarios que lo encubrieron deben acabar en prisión por su terrible cobardía. Ni siquiera eso será suficiente para las víctimas», manifestó.
En un artículo, Jenrick escribe, además, que «millones de personas en este país quieren justicia y respuestas para las miles de niñas que fueron violadas y abusadas de las formas más perversas imaginables. Quieren que se ponga fin a los abusos que, según las víctimas, continúan hasta el día de hoy. No son de extrema derecha, y sugerir lo contrario es indignante».