Mariusz Kaminski, el exministro del Interior de Polonia encarcelado por el nuevo Ejecutivo de Donald Tusk nada más tomar el poder por acusaciones de abuso de poder, tuvo que ser trasladado el lunes de madrugada en ambulancia desde el centro penitenciario de Radom, donde se encuentra encerrado en prisión preventiva junto a su mano derecha —el también diputado diputado Maciej Wasik— hasta el Hospital de Mazovia.
Kaminski ha tenido que pasar toda la noche en observación, tras necesitar asistencia médica para estabilizar sus bajos niveles de azúcar. Una condición que se debe a la huelga de hambre que está realizando junto a Wasik desde el pasado 10 de enero, cuando fueron detenidos por orden del nuevo Ejecutivo tras retirarles de manera irregular su inmunidad parlamentaria para encarcelarlos por una condena de 2015 para la que habían recibido el indulto del presidente Andrzej Duda. El preso ya ha vuelto a prisión este martes al mediodía después de una revisión médica completa y que su estado se haya estabilizado.
El abogado defensor de Kamiński, Michal Zuchmantowicz, ha confirmado que su cliente continúa la huelga de hambre, aunque habría aceptado que se le suministren líquidos en los últimos días mientras se resuelve el recurso de la defensa contra la decisión del tribunal de Radom, que consideraba recurrir a la alimentación forzosa.
El caso ha levantado la polémica en el país, donde una parte de la opinión pública ha defendido a Kamisnki y Wasik, que fueron elegidos como diputados en las elecciones celebradas el pasado 15 de octubre pero se han visto posteriormente despojados de su inmunidad y condenados a dos años de prisión por abuso de poder después de que la Justicia polaca decidiera reabrir su caso.
Duda, por su parte, insiste en que hará «todo lo posible» para lograr su puesta en libertad y se ha referido a ellos como los «primeros presos políticos» del país desde 1989.