«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
incluidas las escuelas y el Banco Nacional de Hungría

El Gobierno de Orbán planta cara a la imposición ideológica de Bruselas y prohíbe las banderas LGBT en instituciones del Estado

Bandera LGTB en un edificio.

El gobierno conservador de Hungría ha vuelto a desafiar a Bruselas con una nueva medida que refuerza la protección de los menores frente a la propaganda de género. Mediante un decreto oficial, el Ejecutivo húngaro ha prohibido la exhibición de banderas y símbolos LGBT en todas las instituciones estatales, incluidas las escuelas y el Banco Nacional de Hungría.

Según el texto, queda vetado cualquier símbolo que «haga referencia o busque promover diferentes orientaciones sexuales y de género y los movimientos políticos que las representan». El asesor político del primer ministro Viktor Orbán, Balázs Orbán, ha dejado claro el objetivo de la medida: «La decisión subraya el compromiso total del gobierno para frenar la propaganda LGBTQ dirigida a los niños, en jardines de infancia, escuelas, medios de comunicación y espacios públicos», ha escrito en X.

La oficina del primer ministro ha descrito la decisión como «simbólica», aunque el gesto tiene un fuerte trasfondo político y cultural. Se suma a la ley aprobada por el Parlamento húngaro en marzo que prohíbe desfiles del Orgullo y eventos públicos que promuevan identidades LGBT, con el propósito explícito de proteger a la infancia de influencias ideológicas nocivas.

Como era previsible, las élites liberales europeas han reaccionado con furia. Las instituciones de la Unión Europea amenazan con nuevas sanciones, y el Tribunal de Justicia de la UE está ya preparando un nuevo procedimiento de infracción contra Hungría, esta vez vinculado a la ley de protección infantil de 2021 que impide promover la homosexualidad y la transición de género en las escuelas y en la televisión durante el horario infantil.

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