El secretario de Estado de Política de Seguridad del Gobierno húngaro, Péter Sztáray, ha reiterado que el país está comprometido con la coalición contra el Estado Islámico y ha subrayado la necesidad de apoyar a Irak y a la región en general contra el terrorismo «relacionado con la inmigración descontrolada».
Así, ha precisado que, aunque la coalición de 87 países formada hace diez años ha establecido que EI ya no es una fuerza de poder en Irak, los grupos terroristas aliados todavía están presentes en un área geográfica más amplia, principalmente en Oriente Medio y África. «El Gobierno iraquí ha dicho que el país aún requiere presencia internacional», manifestó Sztáray.
Sztáray señaló que Hungría está iniciando una cooperación con el Chad con ayuda humanitaria, económica y de seguridad con el fin de «reforzar la seguridad y combatir la inmigración», y recordó que que la oleada migratoria de 2015 demostró que Hungría tenía razón en que «el flujo incontrolado de inmigrantes socavaba la seguridad europea».
El Gobierno de Viktor Orbán defiende unas fronteras fuertes y la seguridad de sus compatriotas, y quiere una excepción en la aplicación del Pacto de Migración y Asilo adoptado en la UE. Hungría ha protegido —en los últimos diez años— la frontera exterior de la UE gastando más de 2.000 millones de euros de su propio dinero para cumplir con sus obligaciones en Schengen.
«Hungría no comprometerá su seguridad nacional (…), especialmente cuando Bruselas parece querer a los inmigrantes sólo mientras permanezcan en otros estados miembros de la UE», sostienen desde el Ejecutivo.