El primer ministro de Polonia, el globalista Donald Tusk, ha señalado este martes que las fuerzas de seguridad del país han completado la detención de miembros de bandas extranjeras, apuntando que es momento ahora de iniciar su deportación a sus países de origen. El anuncio ha llegado tras negar de manera persistente la crisis de inseguridad en el país... y a menos de tres meses de las elecciones presidenciales.
«Recibí información detallada del Ministerio del Interior sobre las acciones decisivas de los servicios contra las bandas extranjeras. Se produjeron numerosas detenciones. Ha llegado el momento de las deportaciones», ha manifestado Tusk en sus redes sociales.
El presidente del Sejm de Polonia (Cámara Baja), Szymon Holownia, anunció en enero que las elecciones presidenciales serán el próximo 18 de mayo. Los opositores del partido conservador Ley y Justicia, que denuncian la deriva de Polonia tras la llegada de Tusk al Gobierno, presentarán al historiador Karol Nawrocki como candidato.
Stanisław Żaryn, asesor del actual presidente de Polonia, Andrzej Duda, ha denunciado que el Ejecutivo ha descuidado la cuestión de las bandas organizadas por extranjeros. «Las pandillas están empezando a proliferar en Polonia. La comunicación del primer ministro es pura propaganda, cuyo objetivo es salvar la imagen del Gobierno en un momento en que la situación se está volviendo cada vez más grave y supone una amenaza para los polacos».
En este sentido, ha manifestado que en la frontera con Alemania «se aplica un acuerdo no escrito entre los gobiernos» y «los inmigrantes son trasladados a Polonia de forma invisible para el sistema». «El actual Gobierno polaco no es creíble en términos de política de seguridad», ha concluido.