«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
un diputado musulmán defiende que «Ayuda a construir lazos familiares»

El Parlamento británico, ante la posible prohibición de los matrimonios entre primos: «Debemos pensar en quienes son de otra cultura»

El diputado británico Iqbal Mohamed.

El Reino Unido está debatiendo una ley que busca prohibir los matrimonios entre primos hermanos, una nueva norma motivada en parte por la creciente inmigración en el país de personas que proceden de países islámicos donde estas uniones son comunes. Esta práctica, frecuente en comunidades musulmanas provenientes del sur de Asia y Medio Oriente, se han incrementado en ciudades británicas como Bradford, debido a la fuerte presencia de estas comunidades. La concentración de estos matrimonios está generando preocupación, no sólo por los altos riesgos genéticos, sino también por el impacto cultural en la sociedad británica.

En muchas culturas musulmanas, los matrimonios entre primos son una tradición arraigada que, para ellos, refuerza lazos familiares y facilita la gestión del patrimonio. Sin embargo, su proliferación en el Reino Unido ha llevado al debate sobre cómo estas prácticas pueden estar contribuyendo al aumento de desórdenes genéticos.

Las tasas de consanguinidad en la comunidad británica pakistaní oscilan entre el 40 y el 60%, según la Fundación Pharos. Y un informe sobre las muertes infantiles en Bradford, Birmingham y el distrito londinense de Redbridge, ha concluido que «entre el 20 y el 40%» de ellas pueden deberse «a trastornos genéticos asociados con la consanguinidad y a condiciones cromosómicas».

Pero, aunque la práctica persiste entre los británicos paquistaníes, «parece estar disminuyendo», según aseguran medios del país. En un estudio de 13.500 familias realizado entre 2007 y 2011, el proyecto Born in Bradford descubrió que el 60% de las parejas de ascendencia paquistaní eran primos hermanos, primos segundos u otros parientes consanguíneos, pero un nuevo estudio de seguimiento realizado entre 2016 y 2020 detectó un «fuerte descenso», del 60% al 40%. Sin embargo, la cifra real podría ser mayor ya que quienes optan por este tipo de matrimonios a menudo «eligen guardar silencio», afirma The Economist, porque el factor «rechazo» prevalece en la cultura occidental» y «la dinámica familiar puede ser difícil de explicar a los demás».

Ahora los legisladores británicos se debaten entre la «necesidad de respetar las tradiciones culturales» o priorizar las medidas de salud pública. El asunto también ha planteado nuevas preguntas sobre integración cultural y el papel del Estado en regular prácticas familiares dentro de comunidades de inmigrantes.

«Ayuda a construir lazos familiares»

El parlamentario independiente Iqbal Mohamed ha expresado su rechazo a la propuesta de prohibir los matrimonios entre primos hermanos en el Reino Unido, calificándola como una medida discriminatoria que estigmatiza a las comunidades musulmanas. Mohamed considera que, en lugar de legislar para prohibir estas uniones, el gobierno debería invertir en pruebas genéticas accesibles y programas educativos para abordar los riesgos de salud sin imponer restricciones culturales.

Según este diputado británico, la prohibición podría alienar aún más a las comunidades afectadas y perpetuar la división social, en lugar de promover la inclusión y la comprensión mutua.

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