Mientras el Parlamento Europeo, que se renovará tras las próximas elecciones de junio, llama a incluir el «aborto seguro» en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión, en Italia el dinero europeo servirá para salvar vidas gracias a la última acción del Gobierno de Meloni.
El Parlamento italiano aprobó el martes un paquete de iniciativas, presentado por el Gobierno, que contempla varias medidas en favor del derecho a la vida. La Cámara baja avaló la propuesta del gabinete de Meloni por mayoría absoluta, con 185 votos a favor, 115 en contra y 11 abstenciones, y se espera que el Senado dé su visto bueno a la norma con holgura. Las medidas forman parte de un proyecto que será financiado con los fondos de recuperación de la pandemia del COVID de la Unión Europea, de los que Italia es la mayor beneficiaria.
El paquete se centra en la concienciación social para frenar el aborto mediante un refuerzo de la acción de las asociaciones provida, pero también contempla medidas como ofrecer escuchar el latido del feto o realizar ecografías a las mujeres que busquen abortar. Son medidas similares a las que ya están en marcha en Hungría con excelente resultado y que en 2023 el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo (VOX), quiso aprobar en la región española. Además, los activistas por el derecho a la vida podrán entrar en los centros abortistas para ofrecer información y alternativas a las mujeres que lo deseen. También se reforzará el papel del consultor, quien se encarga de verificar la voluntad de abortar de la madre.
Antonio Tajani, ministro de Exteriores de Meloni y líder de Forza Italia (PPE) desde la muerte de Silvio Berlusconi, celebró la aprobación de la propuesta por el Parlamento y apostó por la libertad de conciencia: «No hay que criminalizar a quienes están en contra del aborto». Hasta el 63% de los ginecólogos italianos se niegan a realizar abortos, amparándose en motivos morales y el derecho a la objeción de conciencia, según datos de 2021. Tajani recordó que «siempre hemos permitido la libertad de conciencia en cuestiones de este tipo».
Medidas similares a las que Orbán y VOX proponen
La estrategia de Hungría y de Italia es clara: revertir la tendencia sin criminalizar el aborto —la propia Meloni lo prometió durante la campaña electoral—, pero facilitando alternativas a las mujeres que no puedan o deseen continuar con su embarazo, mediante el aumento de las ayudas disponibles a la maternidad y la disminución de las cargas que la crianza pueda suponer. En Italia, además, son varias las regiones, gobernadas por la coalición de centroderecha, que ya ofrecen estas salidas a las mujeres. Los gobiernos de centroderecha de ambas naciones tratan de revertir el cambio social de principios de los 2000 mediante la concienciación social y el refuerzo de la cultura de la vida, a la vez que ponen en marcha programas con incentivos económicos para aumentar la tasa de natalidad y revertir un peligroso envejecimiento de su población nacional.
En 2011, Hungría puso en marcha un sistema tributario que contempla importantes alivios en la carga fiscal para las familias, hasta el punto de que una mujer con cuatro hijos está totalmente exenta del pago de IRPF. Es una medida exitosa que VOX busca trasladar a España: a principios del mes de abril, la portavoz de la formación en el Congreso, Pepa Millán, anunció el registro de una proposición de ley para rebajar el IRPF a todos los españoles con dos tipos únicos y la reducción de cuatro puntos porcentuales por cada hijo: «España necesita niños y los necesita ya».
Críticas por parte de la ministra de Igualdad de Sánchez
La ministra de Igualdad de España, Ana Redondo, calificó la propuesta de Meloni de «acoso organizado» por «socavar un derecho reconocido por ley», «amedrentar para revertir derechos» y «frenar la igualdad entre hombres y mujeres». La presidenta del Consejo de Ministros, sin embargo, respondió rápido a las críticas de Redondo: «Normalmente, cuando se ignora un tema, se debe tener la buena costumbre de no dar lecciones». Meloni criticó también la costumbre de los ministros extranjeros a «hablar de cuestiones internas de Italia sin conocer los hechos».
La ministra italiana de Familia, Natalidad e Igualdad de Oportunidades, Eugenia Roccella, también se refirió a las descalificaciones de Redondo: «Sugiero que los representantes de otros países basen sus opiniones en la lectura de las propuestas y no en la propaganda de la izquierda, que se declara defensora de la Ley 194, pero desconoce su contenido o finde no conocerlo, ya que impugna una enmienda que no hace más que reproducir textualmente un artículo de la ley sobre el aborto vigente desde hace 46 años». Roccella recomendó abstenerse de comentar «sin conocimiento de los hechos» para ahorrarse el ridículo: «las leyes, enmiendas e informes están a disposición de quien desee consultarlos».
En España, la reforma del Código Penal que entró en vigor en abril de 2022 persigue y castiga a quienes traten de ofrecer alternativas a las mujeres que busquen abortar. La labor de algunos activistas provida se limita desde entonces a rezar en las inmediaciones de los centros abortistas para pedir por las mujeres que acuden al lugar, aunque su acción pacífica sigue siendo castigada y no es infrecuente que sufran agresiones por parte de abortistas radicales.
«Entiendo que moleste a la izquierda y sus siniestras políticas de muerte»
En Italia el aborto fue legalizado en 1978 tras la aprobación de la Ley 194. Los partidos de la oposición han cargado contra Meloni y han denunciado un retroceso en los «derechos» de las mujeres. Elly Schlein, líder del izquierdista Partido Demócrata (S&D) y conocida por sus ataques contra Meloni —incluso en el plano personal—, calificó el paquete de medidas como un «grave ataque contra la libertad de las mujeres». Otros diputados izquierdistas condenaron la aprobación de la propuesta en el Parlamento y criticaron la «naturaleza nostálgica» de la coalición gobernante y «su visión oscurantista y patriarcal». El populista Movimiento Cinco Estrellas calificó la medida como «un nuevo paso atrás».
Activistas proaborto italianos también protestaron con vehemencia contra la medida. Luisa Rizzitelli advirtió de que «puede parecer una cosa pequeña, pero (…) el Gobierno está dando una señal clara de que quieren hacer todo lo posible para persuadir a las mujeres a cambiar de opinión. Esto no debería estar sucediendo”.
Son declaraciones que la formación de Meloni, Fratelli d’Italia, ha recibido bien, pues muestran a la perfección que los defensores del aborto buscan impedir que las madres tengan alternativas y puedan tomar una decisión informada. El partido celebró la aprobación como una «oportunidad» para las mujeres que «muy a menudo se ven obligadas a abortar porque no tienen apoyo económico». El diputado Manlio Messina (FdI) quiso normalizar la reacción de la oposición: «Entiendo que moleste a la izquierda y sus siniestras políticas de muerte».
