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Los caminos llevan a un pacto entre la CDU y el SPD

Elecciones en Alemania: ¿El último baile del bipartidismo?

Elecciones en Alemania
Cumbre de AfD. Peter Gercke

Este domingo más de 59 millones de alemanes acudirán a las urnas para elegir la composición del Bundestag y decidir así quién va a liderar su próximo gobierno. Esto ocurre tras la quiebra anticipada, el pasado noviembre, de la coalición de gobierno del canciller socialdemócrata Olaf Scholz y sus socios. Diferencias sobre el manejo del presupuesto federal con el Partido Liberal (FDP) y la determinación de Scholz de invertir más en defensa y en el apoyo a Ucrania, precipitaron la ruptura y el anticipo electoral.

Los comicios llegan en un contexto marcado por tres cuestiones clave para el futuro de la nación germana. En primer lugar, la notable contracción económica que atraviesa, con una proyección de crecimiento reducida al 0,3% para 2025 y una tasa de desempleo que aumentó al 6,2% en enero. Además, factores como la disminución de la demanda china, el aumento de los costes energéticos, las políticas comunitarias de desindustrialización y la falta de inversión en tecnología han afectado sectores clave, incluyendo la industria del automóvil.

La guerra en Ucrania y las relaciones con Rusia son asuntos cruciales en esta campaña. El conflicto bélico en suelo europeo ha resaltado la necesidad de continuar con la modernización y el fortalecimiento de la Bundeswehr, para asegurar la seguridad del país y permitir que Alemania desempeñe un papel acorde con sus ambiciones dentro de la OTAN y continúe influyendo en la evolución del conflicto ucraniano.

Por último, las trágicas consecuencias de las políticas migratorias que han promovido las sucesivas cancillerías alemanas (los más de un millón de inmigrantes irregulares que Merkel introdujo en un solo año en Alemania) están golpeando de lleno la campaña electoral. Cuando apenas han trascurrido unos meses desde los últimos atentados islamistas en Solingen, Aschaffenburgo y el mercado navideño de Magdeburgo, la semana pasada un afgano en situación de asilo embistió deliberadamente con su coche una manifestación de trabajadores en Múnich cobrándose la vida de una mujer de 37 años y su hija de sólo dos años.

El líder de los democristianos, Friedrich Merz, ha adoptado una línea estratégica más dura sobre la inmigración para tratar de frenar así una visible avalancha de votos a Alternativa por Alemania. Pero la formación patriota, liderada por Alice Wiedel, es tajante y entre otras medidas, propone la expulsión inmediata de inmigrantes irregulares, un amplio plan de «remigración» para reducir el número de extranjeros que residen en Alemania sin derecho legal o la prohibición del islamismo político y la sharía.

Por todo ello, estos comicios servirán al pueblo alemán para dar respuesta a unos desafíos que también son los del resto de los europeos. La garantía de sus legítimas condiciones materiales, la defensa de su propio espacio vital y la lucha por la preservación de su identidad y herencia cultural.

Sondeos

Sumidos en la recta final de campaña, los últimos sondeos reflejan unas tendencias en intención de voto que dan la victoria el domingo a la Unión Demócrata Cristiana (CDU/CSU) de Friedrich Merz con alrededor del 30-32% de los votos. Le seguiría como segunda fuerza, Alternativa por Alemania, que recaba cada día un mayor apoyo de los alemanes y alcanza su mejor resultado histórico.

El Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Scholz no sobrepasaría el 15-16% y descendería al tercer lugar. Tras ellos, Los Verdes (Bündnis 90/Die Grünen), liderados por quien fuera vicecanciller y ministro de Economía, Robert Habeck, obtendrían el 13% de los votos situándose en cuarta posición.

En la lucha por entrar en el Parlamento o no conseguir el escaño que otorga el 5% de los votos, se encontrarían el Partido Democrático Libre con cerca del 4-5% y La Izquierda (Die Linke) y Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), partidos que se sitúan en torno al 5-6%.

En cuanto a las peculiaridades geográficas en el reparto de los votos, la CDU conseguiría la mayoría de los primeros votos en 174 distritos electorales. De estos, 146 están ubicados en la parte occidental de Alemania y solo uno en la parte oriental. Por otro lado, la CSU mantiene su dominio en Baviera, controlando los 47 distritos de la región y reafirmando su fortaleza electoral tradicional.

La AfD encabeza en 48 distritos electorales, todos ellos situados en la parte oriental de Alemania, lo que muestra su creciente respaldo en esta región. El SPD actualmente lidera en 25 distritos electorales, con sus mayores apoyos situados en Renania del Norte-Westfalia (12 distritos) y Baja Sajonia (cuatro distritos).

Posibles escenarios

Con estas proyecciones, se abre ya el habitual debate sobre los posibles acuerdos de gobierno.

Todo apunta a que el gran consenso vetará con un «cordón sanitario» a AfD, que ya viene de cosechar grandes resultados en las elecciones de Turingia, Sajonia y en las europeas. Su conexióncon las demandas reales del pueblo teutón preocupa mucho a los partidos tradicionales alemanes y, por ello, lo más factible sería una gran coalición entre democristianos y socialistas si entre ambos consiguen los 316 escaños exactos necesarios para alcanzar la mayoría en el nuevo Bundestag.

La situación sería bien distinta si esa suma de votos no se produce, y habría que ver si los democristianos dejan a un lado sus complejos y abogan por una coalición negro-azul entre ellos y AfD, que sumaría 349 escaños, asegurando una mayoría clara.

Otras combinaciones no lograrían el umbral necesario: una coalición negro-verde (CDU/CSU y Los Verdes) alcanzaría solo 302 escaños, mientras que una alianza rojiverde (SPD y Los Verdes) reuniría apenas 204 escaños. Tampoco resultaría suficiente una coalición rojiblanca-roja-verde entre SPD, Los Verdes y Die Linke, que llegaría a 241 escaños, quedando lejos de la mayoría.

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