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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

'Un país que no puede proteger sus fronteras no es un país'

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en una imagen de archivo | EFE

De plena actualidad tras las últimas advertencias de la Unión Europea a los países ‘rebeldes’ contra la imposición de las cuotas de refugiados, las palabras del primer ministro húngaro Viktor Orbán cobran una especial relevancia.
En una entrevista concedida a la radio magiar Kossuth, en el programa 180 minutos, el premier aborda cuestiones como la defensa de las fronteras nacionales, la reciente visita de su homólogo israelí Benjamin Netanyahu y -dardo a la corrección política- el papel de las ONGs en los rescates del Mediterráneo: “Son mercenarios; son activistas pagados”. Orbán habla de nuevo.

Sobre la visita del primer ministro israelí

Preguntado sobre la visita a Budapest del líder israelí Benjamin Netanyahu, el primer ministro húngaro ha subrayado el carácter histórico del encuentro. “Desde la fundación del Estado de Israel, nunca un primer ministro del estado judío había hecho una visita oficial a Hungría”. Una visita en la que Hungría, acusada tradicionalmente de un profundo antisemitismo, ha reconocido su responsabilidad histórica en la deportación de los judíos y en la que ha alabado la personalidad de su actual líder: “Conozco bien al primer ministro de Israel”, dice Orbán quien, tras pedir perdón a la audiencia por la simplista categorización – “no es fácil hacerlo de otro modo”- divide a los gobernantes en dos tipos: “los globalistas y los patriotas. Y es indudable que el actual primer ministro del Estado de Israel es miembro del club de los patriotas. Lo he comprobado varias veces desde que nos conocemos: es un hombre duro, al igual que la vida en el Estado de Israel, que no es fácil. Pero tampoco [en Hungría] somos bailarines de ballet, así que hablamos el mismo idioma”, escenifica el premier magiar.

¿Cooperación Hungría – Israel?

Sí, tal como reconoce Orbán, que habla de intereses mutuos entre ambos países y que habla de cooperación económica y empresarial pero también, y quizá sobre todo, antiterrorista: “Los actos de terrorismo que suceden en todo el mundo son un fenómeno cotidiano en Medio Oriente. Este es uno de los principales problemas del Estado de Israel”. Y, añade Orbán, ahora también de Europa después de que “algunos líderes europeos hayan transportado a millones de inmigrantes a sus fronteras”. “Estos actos terroristas en Oriente Medio y en Europa a veces tienen vínculos organizativos y personales entre sí”, explica para justificar así que los países de Visegrado (Polonia, Hungría, Eslovaquia y República Checa) y el Estado de Israel desarrollen su cooperación en la lucha contra el terrorismo. “Hemos creado un grupo de trabajo para este propósito y nuestros servicios de inteligencia y unidades de lucha contra el terrorismo trabajarán juntos en el futuro”.

‘Mi trabajo, proteger a los húngaros’

No es la primera vez que recuerda el objetivo con el que trabaja, pero en esta entrevista Orbán lo vuelve a hacer, más claro si cabe: “Los gobiernos tienen un trabajo que hacer y mi trabajo es proteger al pueblo húngaro. Dado que la amenaza viene de fuera, Hungría necesita socios para buscar esta protección. Yo los busco. Los busco y llego a acuerdos con ellos”. Socios como Turquía, Israel y Egipto, desvela Orbán, que resume con claridad por qué esos socios y no otros: “Si estos países no pueden contrarrestar los actos de terrorismo en Oriente Medio que conducen a la migración ilegal, si Turquía no retiene a los migrantes, si los cien millones de personas que están en Egipto deciden por alguna motivo que ya no quieren seguir en su patria y se van o si Israel no usa regularmente la fuerza militar contra los grupos terroristas militantes, cada vez habrá más olas migratorias con Europa como objetivo. Y esto también afectará a Hungría y al pueblo húngaro. Se podría decir que he tenido conversaciones con estas personas para construir la línea externa de defensa de Hungría”. Gustará o no, pero es claro como el agua.

Europa, inmigración y ONGs

Todavía centrado en el problema de la inmigración, el político y miembro del Partido Popular Europeo lamenta que Italia no acepte la ayuda ofrecida por Visegrado para hacer frente a la llegada masiva de inmigrantes. “Italia está en serios problemas y, si la situación se mantiene igual, el país entero se desestabilizará”. Habla Orbán de un futuro incierto, lleno de problemas, tormentos y sufrimientos. “No queremos ver a Italia pasar por esto, ya que es una de las cunas más importantes de la cultura europea, y lo admiramos y lo respetamos. Al mismo tiempo, es también un país clave en la región mediterránea. Necesitamos una Italia fuerte y estable”.

Libia y el Frontex

A juicio del primer ministro húngaro, la solución pasa por detener las oleadas de inmigración masiva en Libia, antes de que cientos de hombres, mujeres y niños se jueguen la vida en un mar tomado por las mafias. ¿Es Frontex la solución?, preguntan a Orbán. “No ha resuelto el problema por ahora”, recuerda Orbán, que deja para los expertos este análisis. “No tenemos tiempo para ello ahora. Debemos detener el flujo migratorio ahora, mañana por la mañana, no enfocarnos en quién dice qué en Bruselas, qué propuestas burocráticas y de torre de marfil inventan, qué declaraciones hacen o cómo desempeñan el rol de ser los líderes más humanitarios”.
Y entra de lleno en una de las cuestiones por las que más se ha criticado la política húngara de refugiados, la de la cuestión humanitaria. Pero Orbán lo tiene claro: “Sus políticas [las de los líderes de Bruselas] están llevando a centenares de gente a ahogarse”. Además, señala, “los inmigrantes traen a Europa una amenaza creciente del terrorismo y del crimen creciente. Existe un vínculo claro entre la migración y el deterioro de la seguridad pública”. También se refiere al repunte del antisemitismo tras la llegada de refugiados de cultura musulmana y se pregunta ¿quién podría querer todo esto?. “No tenemos tiempo para esperar a Frontex, ni a las soluciones de Europa”, insiste para poner como ejemplo la experiencia húngara: “cuando el flujo migratorio comenzó en los Balcanes, en Bruselas -en la cumbre de jefes de Gobierno- dijeron que habría una solución europea. El gobierno húngaro decidió esperar tres meses y ver si efectivamente habría una solución europea”, rememora Orbán.
Sin solución a la vista pasados esos tres meses Hungría cerró sus fronteras, modificó su legislación y construyó la valla fronteriza para detener el flujo de migrantes. Este es el enfoque que recomiendo a todos: no deben esperar a Bruselas – la protección de las fronteras es una tarea nacional. Un país que no puede proteger sus fronteras no es un país en absoluto. Una nación que no puede proteger sus intereses no es ninguna nación; Y, si todavía existe, desaparecerá con el tiempo”.

El papel de la UE

Hungría, miembro de la Unión Europea. Viktor Orbán miembro del Grupo Popular Europeo, junto con líderes como Mariano Rajoy o Angela Merkel… ¿qué hace Orbán criticando, entonces, a la UE? Es, quizá, la pregunta con una respuesta más clara por parte del premier húngaro, que hace frente a la posibilidad de sanciones por negarse a aceptar el sistema de cuotas impuesto por la Unión. “Debemos desarrollar una división racional de tareas entre Bruselas y las naciones. Por ejemplo, la cuestión de los migrantes no puede resolverse desde Bruselas. El flujo no puede ser detenido desde Bruselas, y es igualmente imposible seguir una política de migrantes sólida desde Bruselas. Eso es de la competencia de los estados-nación: siempre lo ha sido y no debe trasladarse a Bruselas”. Y no se detiene ahí. Orbán afirma sin tapujos que no existe necesidad de una “política europea común de los refugiados ni de una agencia europea común de refugiados”. “Esto sólo llevará al caos, problemas y sufrimiento en las fronteras exteriores de Europa”.

Dardo para las ONGs… y para Soros

Preguntado sobre el papel de Europa en Libia, Orbán subraya el apoyo de la Unión a las ONGs que operan en el país. “La prensa italiana está llena de pruebas que demuestran que las organizaciones financiadas por George Soros están cooperando para convertir Europa en un continente con una población mixta y transportarlos conjuntamente al continente europeo”. “Las ONG están transportando migrantes a Europa contra la voluntad de la mayoría del pueblo húngaro y del pueblo europeo. Quieren dar la impresión de que son los buenos – y de hecho se ven a sí mismos como los buenos – mientras que nosotros, que queremos detener a los migrantes, somos los malos”, señala Orbán.
¿Acepta él ese papel de malo que le otorga la Historia hoy? No, a juzgar por sus respuestas: “Debemos dejar claro que esto no es así. Las ONG son mercenarios. Pagadas con fondos extranjeros, son activistas pagados y el público debe saberlo”. “Los que quieren debilitar el tejido de la cultura europea y quieren una población mixta están sirviendo una mala causa y están actuando contra la voluntad de la mayoría de los europeos y los húngaros. Son, por tanto, anti-demócratas”.
Siguen las acusaciones: “Las ONG son antidemocráticas, ponen en peligro la seguridad nacional de Hungría y buscan perjudicar al pueblo húngaro. Esto debe quedar claro. En cada batalla lo primero que hay que hacer es dejar claro quién es quién. Hungría está haciendo esto por medio de una ley sobre selección y transparencia”.
La denuncia va de las ONGs al enemigo acérrimo de Orbán, el magnate George Soros.
“Hay un plan de Soros . No es algo que hemos inventado, no llegamos a esta conclusión a través de la adivinación porque el creador del plan lo publicó”. A saber:
– Europa debe recibir un mínimo de un millón de inmigrantes cada año.
-Debemos dar a cada inmigrante 14.700 euros durante su primer año en Europa.
-Debemos crear un esquema obligatorio diseñado para distribuir a los inmigrantes en toda Europa.
Debemos crear una agencia europea común de asilo que gestione todo este proceso de una manera justa. “Este es el plan de Soros. Debemos evitarlo”, dice Orbán para explicar la actitud de los países rebeldes de la Unión.
Viktor Orbán en estado puro.

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