El Parlamento Europeo debatió este martes en Estrasburgo la institución del Día de las Víctimas de la Crisis Climática. Lo hizo tras la negativa de la izquierda a debatir sobre la crisis de la inmigración descontrolada en Europa y el ataque terrorista de un refugiado sirio en la ciudad francesa de Annecy que se saldó con cuatro niños y dos adultos heridos. La resolución parte de Peter Liese (Partido Popular Europeo); Mohammed Chahim y Tiemo Wölken (grupo socialista); Pascal Canfin (Renew); Bas Eickhout y Tilly Metz (Los Verdes); y Petros Kokkalis (La Izquierda). Desde el Grupo Socialista se afirma que buscan «visibilizar a quienes sufren la desertización, inundaciones y sequías… y reivindicar a la UE como líder en energías limpias».
Aunque en Europa ya existe el Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio) y el Día Internacional de la Madre Tierra (22 de abril), la Comisión Europea propuso la creación del Día de las Víctimas de la Crisis Climática. La fecha elegida es el 15 de julio, en recuerdo a las catastróficas inundaciones que se produjeron en Alemania en el año 2001.
El objetivo es promover el Pacto Verde Europeo, estrategia integral de la Unión Europea y pieza fundamental de la globalista Agenda 2030 que quiere imponer la compra de coches eléctricos, restricciones inasumibles al sector primario y destruir todas las energías fósiles antes de 2040. Los burócratas quieren «conciencia sobre la pérdida de vidas humanas, los impactos en la salud física y mental, las crecientes amenazas a los medios de subsistencia y las crisis humanitarias causadas —supuestamente— por el cambio climático» , que están provocando el desplazamiento de personas de sus hogares.
Los defensores de la «emergencia climática» se apoyan en que, según el Eurobarómetro de junio de 2022, el 85% de los europeos cree que «la lucha contra el cambio climático puede contribuir a mejorar su propia salud y bienestar, y puede crear nuevas oportunidades de innovación, inversión y empleo». Asimismo, más del 80% dijo que a largo plazo «las energías renovables pueden limitar el precio que pagamos por nuestro consumo de energía». Según el barómetro de marzo del año anterior, el 93% de los ciudadanos de la UE considera que «el cambio climático es un problema grave» y el 87% apoya acciones en este ámbito.