El enfrentamiento entre Bruselas y Hungría en materia migratoria ha escalado en los últimos días. Mientras la Unión Europea (UE) amenaza con más sanciones al Ejecutivo de Viktor Orbán, desde Hungría, el director político del primer ministro, Balázs Orbán, ha calificado como un «chantaje político y financiero» las presiones que reciben desde el organismo europeo.
El pasado viernes, el secretario de Estado del Ministerio del Interior de Hungría, Bence Rétvári, elevó el pulso enviando una advertencia a la UE y aseguró que si Europa obliga al país a admitir inmigrantes ilegales, Hungría les ofrecerá transporte gratuito a Bruselas. El funcionario hizo esta afirmación en una conferencia de prensa frente a una fila de autobuses de pasajeros con carteles luminosos que decían «Röszke-Bruselas»; es decir: sólo ida desde la frontera sur de Hungría hasta la capital del bloque comunitario.
🚨 If the European Union forces Hungary to admit illegal migrants, Hungary will offer free transport to Brussels after completing the EU legal procedures – declared Parliamentary State Secretary Bence Rétvári during a press conference. He emphasized that Hungary, by securing its… pic.twitter.com/tukcZ8qS3n
— Zoltan Kovacs (@zoltanspox) September 6, 2024
La iniciativa es similar a la de gobernadores republicanos en Estados Unidos que, desde 2022, han transportado en autobús o avión a inmigrantes ilegales a bastiones demócratas como Nueva York, Los Ángeles y Chicago, en protesta por los procedimientos federales de asilo asumidos por estos estados.
Antes que Rétvari, el portavoz de Fidesz, Tamás Menczer, también respondió a Bruselas con la misma propuesta. «Si quiere que les dejemos entrar, les dejaremos entrar, les subiremos al autobús y les dejaremos delante de la oficina de Ursula von der Leyen«, aseguró en un vídeo publicado en su cuenta de Facebook el lunes 9 de septiembre.
Las palabras de los funcionarios húngaros llegan después de un veredicto del Tribunal de Justicia de la UE en junio, que ordenó a Hungría pagar una multa de 200 millones de euros por no cumplir las normas de asilo del bloque, más un millón de euros adicional por cada día que no las cumpla, castigando así a Hungría por proteger sus propias fronteras y las del bloque comunitario.