«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Han implementado un sistema completo de vigilancia activa

Hungría reduce la inmigración ilegal en la frontera con Serbia un 95% y logra una reducción histórica del tráfico de personas

Frontera de Hungría. Redes sociales

Hungría se ha consolidado como uno de los países europeos más exitosos en la lucha contra la inmigración ilegal, convirtiéndose en un ejemplo de control fronterizo firme y sostenido en un continente marcado por el debate migratorio. Con una estrategia que conjuga infraestructura física, tecnologías de vanguardia y marcos legales estrictos, el país centroeuropeo ha transformado su frontera sur en una muralla operativa contra el paso irregular de personas, especialmente desde Serbia, su único límite fuera del espacio Schengen desde el 1 de enero de 2025.

Las autoridades húngaras no se han limitado a levantar una valla. Han implementado un sistema completo de vigilancia activa que incluye drones, sensores de movimiento, cámaras de alta definición y unidades móviles de respuesta rápida. La colaboración con otros países, como Austria y Turquía, refuerza el despliegue de seguridad. Patrullas combinadas, cooperación policial y flujos de información compartidos hacen de esta frontera un punto de contención altamente eficaz.

Los resultados son contundentes. En apenas tres años, Hungría ha logrado una caída drástica en las cifras de entradas ilegales: de más de 107.000 interceptaciones en 2022 a apenas 4.584 en 2024. En los primeros cuatro meses de 2025, sólo se detectaron 1.356 intentos. Paralelamente, los delitos vinculados al tráfico de personas pasaron de 337 casos en 2022 a tan sólo 27 en 2024. Estas estadísticas no son accidentales: reflejan una política coherente, apoyada por inversión estatal sostenida y una firme voluntad política.

Pero más allá de las cifras, las autoridades destacan también el componente humano del control de fronteras. Los enfrentamientos violentos con mafias y grupos organizados han disminuido considerablemente. Mientras en 2022 se documentaron 221 ataques contra las fuerzas de seguridad, en 2024 se registró únicamente uno. Los propios agentes, entrevistados por medios internacionales, confirman que lo que antes era una zona de caos y riesgo permanente se ha convertido en un entorno de vigilancia efectiva y respeto por la ley.

Desde la sede de la Policía de Fronteras en el condado de Csongrád-Csanád, los mandos insisten en el carácter simbólico y operativo de la valla: no es sólo un obstáculo físico, sino una declaración clara de que el acceso a Europa debe realizarse de forma regulada. “No se puede aceptar que personas crucen sin documentación, sin control y fuera de los procedimientos legales”, afirma el jefe del destacamento fronterizo. «El sistema está diseñado para proteger no sólo a Hungría, sino al conjunto del espacio europeo de libre circulación».

A pesar del éxito en términos de seguridad, el enfoque húngaro ha sido criticado por numerosas voces en la Unión Europea, así como por ONG y medios de comunicación occidentales, que denuncian lo que interpretan como una violación de los principios de acogida y solidaridad. No obstante, desde Budapest se responde con datos, no con discursos. El gobierno defiende su política como una salvaguarda de su soberanía, de su identidad nacional y, por extensión, de la estabilidad de Europa frente a los desafíos globales.

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