El primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, ha lanzado una consulta para crear una ley contra el «discurso de odio», una herramienta utilizada por las élites globalistas para imponer de forma abierta y sin tapujos la censura.
En la consulta, el 70% ha dicho que «no», que se opone a la medida, y Varadkar ha agregado que seguirá adelante con la ley porque «muy a menudo» tales consultas son secuestradas por «grupos de campaña» y «no reflejan la opinión pública».
En la norma está incluida la «identidad de género» como «característica protegidas», y la raza, la etnia o la orientación sexual. Con «discurso de odio» se refieren siempre a «toda incitación a la violencia o a la intolerancia» de lo que las élites —-y los gobiernos— consideran «intolerante».
En 2019, el secretario general de la ONU, António Guterres, lanzó una campaña con el objetivo de «identificar, prevenir y confrontar» aquellos mensajes que pudieran considerarse «delito de odio». Ahí entró, por su puesto, cualquier minoría en Occidente, colectivo LGTB, etc.