La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, considera asignar a la socilista Teresa Ribera la codiciada cartera de Competencia. Este puesto, uno de los más importantes del próximo Ejecutivo comunitario por su influencia en las políticas económicas y regulatorias de la Unión Europea, podría incluir además responsabilidades en la transición ecológica, un área donde Ribera ha sido una pieza clave en el gobierno de Pedro Sánchez.
Sin embargo, la posible entrega de esta cartera a Ribera ha generado inquietud tanto en Bruselas como en los sectores más conservadores de la Unión. El historial de la ministra en España, donde ha impulsado una agenda verde radical, ha llevado a una escalada de los costes energéticos y una creciente dependencia de fuentes externas, provocando críticas por su gestión ideológica e inflexible. Su oposición frontal a la energía nuclear, un pilar energético para países clave como Francia, ha levantado serias dudas sobre su idoneidad para asumir esta responsabilidad en el plano europeo.
La delegación de VOX en Bruselas ha denunciado que la agenda verde impulsada por Ribera ha sido devastadora para la economía española, resultando en un incremento alarmante del coste energético y una mayor dependencia del gas extranjero. Desde el partido liderado por Santiago Abascal temen que su nombramiento en Bruselas implique una expansión de estas políticas fallidas a nivel continental, agravando la crisis energética europea. Además, el rechazo de Ribera a la energía nuclear, que VOX defiende como una solución estratégica y sostenible, ha alimentado la desconfianza del partido hacia su capacidad para gestionar una cartera de tal importancia en la Comisión Europea.
La formación también ha señalado la complicidad del Partido Popular Europeo (PPE) en la candidatura de Teresa Ribera. «Si decimos que PP y PSOE son una coalición en Bruselas, es porque es verdad. Dolors Montserrat, eurodiputada del PP, no desmiente que apoyará a Ribera como Comisaria», ha advertido el partido, subrayando los riesgos de que un socialdemócrata como Ribera, principal impulsora del Pacto Verde, asuma un puesto clave en la Comisión Europea con el apoyo del Partido Popular.
Otro factor que juega en contra de Ribera es la competencia de figuras como el checo Jozef Sikela, ministro de Industria y defensor de la energía nuclear. Esta alternativa más equilibrada y técnica contrasta con el enfoque ideológico de la candidata española, cuyo pasado de gestión ha mostrado más rigidez que apertura a soluciones reales para los problemas que enfrenta Europa.
A pesar de los esfuerzos del Gobierno de Pedro Sánchez para asegurar un puesto de relevancia para Teresa Ribera en el próximo Colegio de Comisarios de la Unión Europea, su futura asignación sigue siendo incierta. Aunque en Madrid se da por hecho que Ribera ocupará un cargo destacado, en los círculos europeos persisten dudas sobre su idoneidad para gestionar una cartera tan estratégica como la de Competencia.
La votación final para aprobar el nuevo Colegio de Comisarios se celebrará a finales de octubre de 2024, después de las audiencias de cada candidato en el Parlamento Europeo. Tras estas audiencias, los eurodiputados decidirán si ratifican o no el conjunto de comisarios propuestos por los Estados miembros.