Tres emojis de pulgares hacia arriba en una publicación de X. Ese es el «delito» por el que una mujer alemana de 64 años ha sido sancionada con 1.800 euros por la Fiscalía de Kassel, en el estado de Hesse (Alemania). Su gesto, según la interpretación del fiscal, habría constituido una «aprobación pública de un asesinato intencional mediante un acto de justiciero injustificado».
El comentario al que la mujer reaccionó con tres emojis hacía referencia a una adolescente sueca de 15 años que ahorcó a su violador, un hombre de origen inmigrante. El autor de la publicación añadió: «¿Ahora tiene 77 vírgenes?», en aparente burla al agresor fallecido. La mujer respondió con los tres iconos, sin añadir texto. Pero para el fiscal, no hacía falta más: la mujer se apropió también de esa burla, y lo hizo —según el acta— «con especial complacencia» por tratarse de un inmigrante.
La acusación se enmarca en el artículo 140 del Código Penal alemán, que castiga la apología de delitos. El castigo: 60 jornadas de multa a razón de 30 euros por día. Total: 1.800 euros por tres clics.
La Fiscalía de Kassel ha confirmado la sanción a Apollo News y ha compartido fragmentos del acta: «Usted aceptó esta publicación haciendo clic en el pulgar hacia arriba tres veces«, se lee en el documento. La interpretación es que la mujer aprobó el homicidio del violador y se burló de él por su origen. Todo ello, según la Fiscalía, bastaba para abrir una causa penal.
Aunque la orden aún no es firme —la mujer puede recurrir—, el caso no es aislado. Alemania acumula ya numerosos episodios de persecución judicial por comentarios en redes sociales. Desde reacciones como esta hasta insultos a políticos, como el caso del jubilado Stefan Niehoff, cuya casa fue registrada por la Policía después de haber compartido un meme que llamaba «idiota» al ministro de Economía, Robert Habeck.
La Justicia alemana parece tener claro a qué hay que temer: no a las violaciones, sino a los emojis.