La jefa de policía de Berlín, Barbara Slowik, ha advertido de que en ciertos barrios de la capital de Alemania, las personas judías y homosexuales deberían evitar mostrar públicamente su identidad para evitar hostilidades. Esta sorprendente afirmación ha sido realizada a consecuencia del incremento de la criminalidad en regiones con mayoría musulmana.
«Hay zonas de la ciudad donde recomendaría a quienes usan una kipá o son abiertamente homosexuales que extremen precauciones«, ha afirmado Slowik en una entrevista con el periódico Berliner Zeitung. Según ha explicado, en algunos distritos con alta concentración de población musulmana, las actitudes hacia estas comunidades son abiertamente hostiles y, en ocasiones, están influenciadas por simpatías hacia grupos terroristas.
En el barrio de Neukölln, conocido tanto por su vida nocturna LGBT como por su alta población musulmana, estas tensiones han generado incidentes preocupantes en los últimos años. Aunque históricamente ambas comunidades han convivido, los ataques físicos contra parejas homosexuales y la creciente inseguridad para los judíos han alterado esa coexistencia.
Un caso reciente que preocupó a los ciudadanos fue el ataque a un equipo juvenil del club deportivo judío Makkabi Berlín, cuyos jugadores, de entre 13 y 15 años, denunciaron haber sido perseguidos por jóvenes armados con palos y cuchillos tras un partido en un barrio de mayoría musulmana. Según las víctimas, también fueron escupidos e insultados durante el encuentro.
El mismo día, en Ámsterdam, pandillas de inmigrantes grabaron agresiones contra seguidores del equipo israelí Maccabi Tel Aviv, tras un partido europeo contra el Ajax. Este tipo de incidentes ha coincidido con un aumento del antisemitismo en Alemania, que, según las autoridades, se ha duplicado en 2023 desde el inicio de la guerra en Gaza.
Desde el 7 de octubre de 2022, la policía de Berlín ha iniciado más de 6.000 investigaciones relacionadas con actos antisemitas, según informó Slowik. La mayoría de los casos se refieren a discursos de odio en línea y pintadas con mensajes de odio, aunque también se han registrado agresiones físicas. Entre los hechos más graves, se incluye un ataque con cócteles molotov contra una sinagoga tras las masacres de Hamas en el sur de Israel y la agresión a una pareja en Berlín por hablar hebreo en un local de comida rápida.