¡Qué magnífico invento! ¿Cómo no se les había ocurrido antes? Me refiero a las «opiniones de odio», el pretexto perfecto para imponer una férrea censura sin tener que emplear esa fea palabra. Y las autoridades británicas, ante el caos en todo el país por las protestas contra los desmanes de los inmigrantes, ya han advertido que lo van a emplear a conciencia.
En realidad, no es nada nuevo. Rusia, una autocracia universalmente denostada por su escaso respeto a la libertad de expresión, ha arrestado a 400 personas por comentarios en redes sociales. En Gran Bretaña, la cifra ya es de 3.300.
Pero ahora han subido la apuesta, y ya no basta con abstenerse de comentar en redes ideas «heréticas» para el poder (como que hay demasiados inmigrantes en Gran Bretaña) para evitar el arresto: basta con compartir comentarios de este tipo. Un mero «retuit», que uno da casi sin pensar, es motivo suficiente para comparecer ante la justicia británica.
Lo acaba de advertir públicamente Stephen Parkinson, director de la Fiscalía Pública, quien en declaraciones a la cadena Sky News dejó claro que las personas ni siquiera necesitan publicar personalmente el contenido para que se considere que están cometiendo un delito.
Parkinson dijo que los usuarios de las redes sociales podrían ser culpables de «incitación al odio racial» si publican contenido «insultante o abusivo» que «probablemente incite al odio racial». «Así que si retuiteas algo así estás republicándolo, con lo que podrías estar cometiendo un delito», agregó, señalando que los oficiales de policía dedicados están «rastreando las redes sociales» en busca de ese material.
«Quizá la gente crea que no están haciendo nada dañino, pero así es, y las consecuencias recaerán sobre ellos», advirtió Parkinson. Incluso, como aclaró por su cuenta la cadena, compartir vídeos o fotos de los disturbios en redes, sin añadir nada, podría ser un delito».
Parkinson añadió que las personas quienes publican lugares de protesta podrían ser acusados de terrorismo, nada menos. «El hecho de que se trate de grupos organizados que podrían estar motivados por razones ideológicas, el hecho de que estén promoviendo delitos potencialmente muy graves, ese es el tipo de caso en el que podríamos querer considerar cargos de terrorismo», dijo Parkinson.