Nunca llueve a gusto de todos, pero tampoco a disgusto, que no hay situación, por dramática que sea, que no favorezca a alguien. En concreto, las empresas de seguridad en Berlín están haciendo su agosto a medida que la invasión migratoria dispara los delitos.
Mientras se preparan para pagar las pensiones de los alemanes en un vago y remoto futuro, los inmigrantes ilegales y legales están costando un platal al Estado alemán, que gasta aproximadamente 50.000 millones de euros al año en alojamiento y prestaciones sociales para solicitantes de asilo y refugiados de guerra: sólo Berlín paga casi 1.000 millones de euros al año.
De este dinero, una parte importante se destina a garantizar cierto orden en las instalaciones, y ahí es donde entran las empresas de seguridad privada.
El diario Berliner Zeitung se ha puesto a hacer números, y el panorama es espectacular. El año pasado, Berlín pagó una cifra récord de 94 millones de euros o 232.000 euros al día a las empresas de seguridad que protegen 117 alojamientos para refugiados en toda la ciudad. Entre las que más dinero ganaron se encuentra Teamflex Solutions, que consiguió contratos para proteger a los refugiados en el antiguo aeropuerto de Tegel de Berlín.
Si sólo en Berlín las empresas de seguridad ganan casi 100 millones de euros, se puede suponer que están ganando cientos de millones en toda Alemania por vigilar los alojamientos de inmigrantes.
Según el periódico, a finales de septiembre de este año la Oficina Estatal de Asuntos de Refugiados (LAF) ya había pagado 71 millones de euros a empresas de seguridad, lo que demuestra que la crisis de refugiados está resultando ser una máquina de hacer dinero para algunos.
Para cubrir las necesidades de personal de unos 330 agentes de seguridad por día y por noche, Teamflex tuvo que contratar a varios subcontratistas. La empresa sigue contratando y ofrece salarios de 14,25 euros por hora con recargos estándar por trabajo nocturno, en fines de semana y festivos.