Los disturbios en Francia tras la muerte de Nahel en un control policial han vuelto a poner en evidencia el problema de integración de los inmigrantes de segunda y tercera generación en el país. El estallido violento, saldado ya con más de 700 heridos y 3.200 detenidos, según el Ministerio del Interior del país, pone en jaque al Ejecutivo de Emmanuel Macron, que ha hecho de su apuesta por el multiculturalismo una de las puntas de lanza de su segundo mandato.
Son muchos los que se preguntan hoy qué significado tiene entrega la nacionalidad a quién nunca se va a sentir «miembro» de esa nación. Se aprecia bien en el documental de 2015 «Los franceses son los otros» (Les Français c’est les autres).
«¿Pueden levantar la mano los que tienen la nacionalidad francesa?», pregunta el periodista árabe Mohamed Ulad a un grupo de adolescentes sentados en una clase de secundaria en los suburbios de París. La gran mayoría levanta el brazo. La pregunta siguiente es: «¿Quién se siente francés?». En ese momento nadie dice nada y sólo levanta la mano una joven negra que afirma que en su cabeza es «blanca».
También se han recuperado las declaraciones del rey Hassan II de Marruecos en 1993 en las que preguntado si le gustaría que los musulmanes (marroquíes) se integrasen en Francia respondió que «no pueden». «No llegarán a integrarse. Otra cosa es entre europeos, son la misma cultura… No hay giro de nacionalidad, ya le avanzo que nunca serán 100% franceses. Se lo puedo asegurar», manifestó en una entrevista.
De los detenidos por las protestas en Francia el 40% tiene antecedentes policiales… y la media de edad ronda los 17 años, con casos incluso de menores de 12 o 13 años vinculados a incendios, y ataques contra las fuerzas de seguridad y contra las instituciones públicas. El Gobierno ha contabilizado 5.000 vehículos quemados, 10.000 papeleras incendiadas, 1.000 inmuebles dañados, 250 ataques contra comisarías… y un dispositivo de 45.000 policías y gendarmes en todo el país.
Mientras, desde Agrupación Nacional, el partido de Marine Le Pen, se ha pedido un referéndum sobre cuestiones migratorias y que se rebaje la edad penal. «Los menores capaces de discernimiento son penalmente responsables de los delitos, faltas o contravenciones de las que hayan sido declarados culpables», ha señalado la formación, al tiempo que ha criticado «la atenuación de responsabilidad de la que se benefician por razón de su edad». «No es tolerable que jóvenes menores de edad sin patria potestad se conviertan en alborotadores impunemente», ha continuado.
