La política de contención de la inmigración ilegal del Gobierno izquierdista de coalición se ha revelado como un estrepitoso fracaso en Alemania: la entrada de ilegales alcanzó su nivel más alto en cinco años en el primer trimestre de 2024, según cifras del propio ejecutivo.
Hasta el 1 de abril, la Policía federal registró un total de 20.000 cruces fronterizos ilegales hacia Alemania, un 2% más que en el mismo periodo del año pasado. En marzo, el último mes del que se dispone de cifras, se registró un aumento significativo de la actividad de inmigrantes ilegales en la frontera germano-polaca, donde tuvo lugar el mayor número de cruces fronterizos ilegales. Se detectaron un total de 1.646 cruces irregulares desde Polonia a Alemania frente a los 911 casos del mes anterior. Los cruces ilegales desde Chequia también aumentaron de 509 a 644. En total, se registraron 7.079 casos de actividad fronteriza ilegal frente a los 5.993 en febrero.
Esto ha llevado al diputado de Alternativa para Alemania (AfD) Martin Hess a plantear al Gobierno la necesidad de que se apliquen más «devoluciones en caliente» en las fronteras del país.
Al comentar sobre la revelación del Gobierno en una publicación en las redes sociales el martes, Hess escribió: «Mientras Nancy Faeser [ministra de Interior] vende los controles fronterizos como un éxito en los medios, las cifras muestran que la situación aún no está bajo control. Las entradas ilegales también han aumentado en comparación con el mismo período del año pasado».
El diputado de la derecha soberanista asegura que los funcionarios fronterizos carecen de «una herramienta esencial para combatir la inmigración ilegal sobre el terreno» y pide que a los agentes de la policía federal «por fin se les dé la oportunidad de hacer regresar a los inmigrantes ilegales en las fronteras».
Asimismo, Hess exige un cambio fundamental urgente en la política migratoria de Alemania y acusa al Gobierno de coalición de izquierda de «no tener ningún interés en utilizar todos los medios disponibles para combatir la inmigración masiva».
«En cambio, Faeser quiere apaciguar al público con políticas simbólicas. Esto es pura táctica de campaña electoral. El límite superior para los inmigrantes ilegales debe ser cero. Y para que esto suceda es esencial un cambio de paradigma en la política migratoria», añadió.
