En Reino Unido, las protestas se han intensificado en las últimas horas tras un ataque con cuchillo en Southport (Liverpool), donde un joven de 17 años asesinó a tres niñas el pasado lunes. La última manifestación, celebrada en Londres ayer miércoles por la tarde y noche bajo el lema ‘Ya basta’, resultó en más de un centenar de personas arrestadas, según informó la Policía británica en un comunicado.
La protesta en Londres se tornó violenta con enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía, resultando en heridas leves para algunos oficiales, según informó el propio cuerpo policial. Los manifestantes lanzaron bengalas hacia las puertas de Downing Street, residencia del primer ministro, y también atacaron una estatua de Winston Churchill. Entre los lemas coreados estaban «salven a nuestros niños» y «detengan los barcos».
Además de en Londres, también se llevaron a cabo protestas en las ciudades de Hartlepool y Manchester el mismo miércoles, como respuesta al trágico incidente en Southport. El superintendente Neil Holyoak, a cargo de la operación, declaró: «Es comprensible que el público tenga sentimientos fuertes tras este impactante incidente, pero el desorden violento e ilegal que se desarrolló posteriormente fue completamente inaceptable y estuvo impulsado por la desinformación».
Tras los disturbios, el primer ministro británico, Keir Starmer, convocó una reunión de emergencia con líderes policiales. Según un comunicado del Ejecutivo citado por AFP, Starmer ofrecerá «el respaldo total del Gobierno» a las fuerzas del orden tras los incidentes.
La Policía informó de varios delitos durante las protestas, incluyendo desorden violento, agresión a un trabajador de emergencia y violación de las condiciones de la protesta autorizada. «Se produjeron algunos desórdenes», comenzaba la nota policial, que también detallaba que se actuó para contener el desorden.