La desesperación y el abuso de poder están adueñándose del estamento político europeo y, muy especialmente, del alemán. Igual que se hizo en España con VOX, las televisiones públicas están dejando fuera de los debates electorales al que se ha convertido ya en el segundo partido en intención de voto, los soberanistas de Alternativa para Alemania (AfD).
Los canales ARD y ZDF han decidido invitar únicamente al canciller Olaf Scholz, candidato de los socialdemócratas, y al líder de la oposición Friedrich Merz, de la CDU, a participar en un debate televisado en directo el próximo 9 de febrero. El argumento es que la alianza CDU/CSU está claramente por delante de todos los demás partidos en las encuestas de opinión y Merz es el principal rival de Scholz.
La alianza de oposición lidera claramente las encuestas de opinión (actualmente tiene un 31,5%), pero no es el SPD de Scholz (con un 16,5%), sino el partido de derecha AfD el que se ha mantenido consistentemente en segundo lugar durante el último año y medio. Cuenta ya con el apoyo de una quinta parte (19,5%) del electorado, lo que debería hacer merecedora a su candidata Alice Weidel de participar en el debate televisado. Un portavoz del partido dijo que demandarían a las emisoras por no tomar al partido en serio.
El partido también quedó al margen en 2021, cuando la ARD y la ZDF invitaron a Scholz y a los principales candidatos de la CDU y los Verdes a participar en el debate.
AfD no tiene posibilidades reales de entrar en el Gobierno porque todos los demás partidos se niegan a cooperar con ella, pero no es tarea de los medios de comunicación financiados con fondos públicos (que se supone que son neutrales y políticamente imparciales) decidir el destino de la formación.