La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, ha impulsado una política energética que ha atraído a su país tanto fondos internacionales como empresas españolas del sector energético que han decidido trasladarse desde España. Con el objetivo de canalizar energía hacia el norte de África a cambio de inversiones en el sur destinadas a frenar la inmigración, Meloni ha puesto en marcha el Plan Mattei, cuyo propósito es transformar Italia en una puerta de entrada clave para la energía en Europa.
Para ello, Meloni ha sabido capitalizar la creciente demanda de otros países europeos interesados en reducir su dependencia del gas ruso. En este contexto, fuentes del sector energético europeo destacan que la primera ministra ha implementado medidas orientadas a flexibilizar la regulación y fomentar la inversión, lo que ha facilitado el desvío de fondos e inversiones hacia Italia.
Asimismo, las distintas fuentes coinciden en que España, «lejos de pensar cómo atraer más inversiones en descarbonización como hacen el resto de países, ha implementado una política energética de la ya exministra de Transición, Teresa Ribera, que ahuyenta esas inversiones añadiendo incertidumbre regulatoria con la aprobación y potencial prórroga de un gravamen a las energéticas». En este sentido, Italia ha tomado el relevo de España.
Por otro lado, los expertos consultados destacan que Italia tiene un mercado con un mayor potencial de desarrollo y «la peculiaridad de contar con un mix energético muy fragmentado». En una reciente conferencia organizada en Milán, expertos pronosticaron que Italia recibirá en 2025 aproximadamente 7.000 millones de euros en inversiones destinadas al desarrollo de fuentes de energía renovables.