«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Mantiene la emergencia por las avalanchas de ilegales

Meloni reclama a la UE un «cambio de paradigma» en política migratoria: «Todas las fronteras exteriores deben ser defendidas»

Giorgia Meloni, en el Senado. Gobierno italiano

La presidenta del Consejo de Ministros de Italia, Giorgia Meloni, ha vuelto a poner esta semana el foco en el problema que supone el crecimiento «sin precedentes» de la inmigración en el país. Lo ha hecho en su encuentro con el general Jalifa Haftar, aliado de las autoridades instauradas en el este de de Libia, que ha viajado a Roma para tratar además la «hoja de ruta» de cara a las esperadas elecciones en el país africano, y con el canciller federal de Austria, Karl Nehammer, con el que se reunió el pasado martes.

Meloni afirmó que Italia y Austria son dos naciones que «sufren la fuerte presión de los flujos migratorios», una cuestión que marcó las colaboraciones en los últimos meses entre ambos países y que se intensificarán en el futuro. Así, sostuvo que en el Consejo Europeo del próximo mes de junio se presentará el «cambio de paradigma» que han pedido «en la defensa de las fronteras exteriores de la Unión, en la gestión europea de los flujos migratorios y en la atención a todas las rutas, incluida la ruta del Mediterráneo».

«Todas las fronteras exteriores de la Unión Europea debe ser defendidas. Estamos colaborando en esto y colaboraremos aún más en las próximas semanas. Ciertamente hay una gran sinergia entre nosotros», afirmó Meloni, que incidió en las «positivas» relaciones económicas y comerciales entre Austria e Italia, y dijo que irá al país centroeuropeo lo antes posible «para corresponder» a la visita.

El Gobierno italiano declaró hace unas semanas el estado de emergencia durante seis meses para tratar de hacer frente a la avalancha de inmigrantes ilegales y aumentar las estructuras habilitadas para repatriar a los inmigrantes sin derecho a permanecer en suelo italiano. Al mismo tiempo abrió la puerta a limitar las solicitudes de asilo «fraudulentas».

En una reciente entrevista concedida a Il Foglio, Meloni manifestó que «los servicios secretos italianos indican que una potencial oleada de 900.000 personas se prepara para desembarcar en las costas de Europa». Y reiteró que «continuarán luchando contra los traficantes de personas, salvando vidas en el mar, promoviendo las entradas legales y dando la bienvenida a quienes realmente tienen derecho a la protección internacional».

Su compromiso es no ceder ante las presiones ejercidas por las élites globalistas, que están a favor de un multiculturalismo que ya ha fracasado en grandes ciudades europeas. Y esa intención no gusta en Francia o Alemania.

El último ataque al Ejecutivo italiano ha sido el del ministro del Interior de Francia, Gérald Darmanin, que ha afirmado que Meloni ha demostrado ser «incapaz» de «arreglar los problemas migratorios», una crítica directa que Roma ya ha tachado de «inaceptable» y que ha llevado al jefe de la diplomacia italiana, Antonio Tajani, a anular un viaje oficial para una reunión con su homóloga, Catherine Colonna. «No es el espíritu con el que se deben enfrentar los desafíos comunes europeos», ha sentenciado en su cuenta de Twitter.

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