El canciller alemán, Olaf Scholz, ha defendido en términos de «seguridad europea» la «estrategia nacional» presentada recientemente por su Gobierno tripartito para proteger al país «ante cualquier amenaza». «Indica a nuestros amigos y aliados europeos e internacionales: se puede confiar en Alemania», afirmó en una declaración de Gobierno ante el pleno del Bundestag orientada al próximo Consejo Europeo del 29 y 30 de junio.
Así, subrayó que «la defensa nacional es la defensa de la alianza y viceversa» y para ello señala objetivos concretos: reforzar la Bundeswehr (ejército alemán) de tal manera que se convierta «en garante de la defensa convencional en Europa».
Scholz señaló que el mundo del siglo XXI se caracteriza por el surgimiento de centros de poder muy diferentes, además de Estados Unidos, Europa y China, también en otras partes de Asia, África y el sur de América. «Nuestro objetivo es que Europa siga siendo uno de estos centros de poder, con Alemania como país fuerte, cosmopolita y democrático en su centro«, dijo un canciller que mostró el habitual —y arrogante— sentimiento de superioridad alemán y que no presentó un plan de acción para defender sus principios, si supiera cuales son.
Asimismo, citó «la protección del orden democrático interno», «la seguridad del abastecimiento energético y de materias primas», «la lucha contra la pobreza» y «la lucha decidida contra el cambio climático provocado por el hombre», conceptos vacíos —todo lleno de eufemismos— que van en línea con la globalista Agenda 2030.
Scholz, símbolo de la crisis moral, intelectual y política alemana, subrayó además que la decisión de presentar una «estrategia nacional de seguridad» se tomó a finales de 2021, antes todavía de la «Zeitenwende» —cambio de era— y de la invasión rusa de Ucrania. «Cambio de era» es el concepto al que se refirió el 27 de febrero del año pasado, mientras se resistía a dejar de ser aliado Vladimir Putin.
Mientras, los alemanes castigan la gestión y los socialdemócratas podrían perder hasta la segunda posición. La encuesta de Insa de esta semana sitúa a la CDU como vencedora de unas elecciones con el 26,5% de los votos, y al SPD y a Alternativa para Alemania (AfD) con el 20% de los votos.
Así, AfD denuncia que los intentos fallidos de silenciarles. «No pueden debilitar nuestro apoyo entre la población y la confianza cada vez mayor en nuestro trabajo político. Ninguna campaña política de los viejos partidos nos mantendrá fuera del debate político. Continuaremos haciendo todo lo posible para garantizar una Alemania segura, próspera y libre«, subraya la portavoz federal, Alice Weidel.
En este sentido, recuerda que los alemanes «ya no están dispuestos a aceptar que sus intereses sean ignorados por los políticos». «Independientemente de que se trate de temas como la paz, el suministro energético, la seguridad interior o la inmigración. En todos estos áreas, el semáforo demuestra su incompetencia«, afirma, al tiempo que sostiene que el actual Ejecutivo «no está a la altura de su tarea» y reclama nuevas elecciones.