El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha enviado un mensaje a «sus amigos españoles» en el festival político y cultural «Viva 22» de VOX que se celebra este fin de semana en Madrid.
En la grabación ha señalado que es «una buena costumbre que cada año» la formación liderada por Santiago Abascal «se reúna bajo banderas españolas». «Nosotros también lo hacemos con frecuencia en Hungría, porque es bueno para nuestro corazón y nuestra alma… y también -ha dicho-, porque a los progres globalistas les provoca un infarto».
«Las ocasiones como esta también son adecuadas para hablar sobre los desafíos a los que nos enfrentamos. Tenemos que seguir luchando por los intereses nacionales: debemos defender nuestras costumbres y nuestra soberanía frente a los burócratas de Bruselas. No podemos permitir que millones de inmigrantes ilegales invadan los Estados de la Unión Europea», ha asegurado.
Además, el primer ministro húngaro ha llamado a «velar por nuestra forma de vida y por nuestra cultura». Y a defender a los hijos y a las familias de la ideología globalista. «Esta lucha seguirá siendo una lucha común. El tren de Roma acaba de llegar a Bruselas. Y el tren de Madrid, liderado por mi amigo Santiago Abascal, saldrá muy pronto. Deseo mucho éxito a VOX. ¡Que Dios os bendiga a todos!», ha concluido.
Viktor Orbán lleva más de una década defendiendo la soberanía y la identidad de su pueblo, cuenta con un balance económico envidiable y una política social de apoyo a la familia que no tiene precedentes en Europa.
Fue reelegido por amplia mayoría absoluta en las elecciones del pasado 3 de abril. En su discurso del mes de mayo, tras ser reelegido por el Parlamento, dejó claro que «los húngaros deben (…) establecer nuestro rumbo y crear nuestra propia política (…) ante las olas recurrentes de políticas suicidas en el mundo occidental» y denunció que «Bruselas busca frenar la soberanía de los Estados miembros, incluido Hungría (…), y está tratando de construir un nuevo imperio europeo, unos Estados Unidos de Europa».
También hizo una defensa cerrada de la patria y de la identidad cristiana de Europa: «Es importante que antes de morir sepamos que nuestros hijos y nietos tendrán una patria, algo que continuar y conservar».