Hacinados y maltratados. Son inmigrantes ilegales a bordo de una barcaza. A su lado, dos barcas pequeñas de ‘pescadores’ que son, en realidad, traficantes. Cerca, muy cerca, el barco de rescate de Save the children. Les contamos la historia.
Junio. Mar Mediterráneo, a pocos cientos de millas de la costa libia. El barco Vos Hestia, alquilado por la ONG Save the Children para llevar a cabo rescates en el Mediterráneo, se acerca a una enorme barcaza en la que esperan, hacinados, más de un centenar de inmigrantes. Aguardan su rescate.
En la imagen, la barcaza de inmigrantes, a la izquierda, y las de los pescadores.
A su lado, dos barcas pequeñas con un grupo de pescadores a bordo. ¿Pescadores? No hay redes, ni cañas, ni pescado en sus barcas. Sí tienen, en cambio, cierta disposición a la vigilancia de esa enorme barca repleta de inmigrantes ilegales. Pronto se entiende por qué: esos ‘pescadores’ son los encargados de coordinar el rescate. Son, en realidad y según asegura el vídeo del rescate grabado con cámara oculta y difundido en exclusiva por Voxnews en Italia, miembros de una banda de traficantes que opera en Libia. Una mafia que se enriquece mercadeando con la dignidad y las vidas de miles de hombres, mujeres y niños extorsionados y arruinados por un viaje imposible a las costas de Europa.
En la imagen, a la derecha, el pescador subiendo a la barca, desde donde gritan a los inmigrantes.
Las imágenes son explicitas; a medida que la barca de rescate de la ONG se acerca, los ‘pescadores’ instruyen a los inmigrantes. Latigazos y gritos.¡Todos sentados! ¡Que nadie se mueva! Tubos de plástico para aleccionar a quien ose desobedecer. Un trato inhumano y censurable que, sin embargo, parece no sorprender demasiado a quienes llevan a cabo el rescate. Hablamos, sí, del Vos Hestia y de Save the Children quienes, tras el rescate, llevan a los inmigrantes rescatados a puertos italianos.
En la imagen, un presunto traficante amenaza con una fusta al grupo de inmigrantes.
Una nave cuyo capitán, Marco Amato, está siendo ahora investigado por la justicia italiana por un su presunto apoyo a la inmigración ilegal.
Una realidad -la de barcos de ONGs que actúan con presunta connivencia con los traficantes de personas- que saltaba a la luz en agosto, cuando las autoridades italianas prohibieron el trabajo de la ONG alemana Jugend rettet a bordo del Iuventa, bajo la misma acusación a la que se enfrenta ahora el capitán del Vos Hestia.
La Gaceta entrevistó entonces a una de las personas que provocó esa decisión de la justicia italiana. Cristian Ricci, extrabajador de seguridad en el barco de Save the Children, alertó a las autoridades portuarias del comportamiento de las ONGs que, explicaba, identificaban perfectamente al traficante ilegal y no lo denunciaban ante la Policía. Save the Children negó las acusaciones de Ricci.
Ahora el capitán de su barco está en la mira de la Justicia y ellos, los miembros de la ONG -que insisten en su absoluta colaboración con la justicia” y riguroso celo en el cumplimiento de la ley- figuran en este vídeo como testigos de un trato vejatorio e indigno hacia seres humanos sin que, al parecer, consideren importante denunciarlo ante la justicia.
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