El escándalo de corrupción en el Parlamento Europeo vinculado al gigante tecnológico chino Huawei da un paso más. Las autoridades belgas han solicitado oficialmente el levantamiento de la inmunidad parlamentaria a cinco eurodiputados por su presunta implicación en una red de sobornos con la que la multinacional habría intentado influir en decisiones políticas clave de la Unión Europea.
Hasta ahora, el caso era conocido, pero no se habían revelado los nombres de los parlamentarios implicados. La presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola (PPE), anunció este miércoles en sesión plenaria la identidad de los señalados: los italianos Fulvio Martusciello, Giusi Princi y Salvatore De Meo (todos del Partido Popular Europeo), el maltés Daniel Attard (socialista) y el búlgaro Nikola Minchev (Renew Europe).
Estos cinco eurodiputados habrían aceptado durante años compensaciones económicas, comidas, viajes y entradas a eventos deportivos pagados por Huawei. El objetivo, según los investigadores, habría sido favorecer los intereses comerciales de la empresa china en el proceso legislativo europeo.
La Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo debe ahora valorar si procede levantar la inmunidad de los acusados para que el proceso penal pueda iniciarse.
El caso forma parte de una investigación más amplia que ya en marzo llevó a registros en 21 domicilios y oficinas en Bélgica y Portugal, y al cierre de varias oficinas en el Parlamento Europeo. Otro de los sospechosos fue detenido en Francia tras emitirse una orden europea de detención.
Huawei lleva años siendo objeto de sospechas por parte de los servicios de inteligencia occidentales por su posible papel como herramienta del régimen chino para ejercer influencia sobre infraestructuras críticas, especialmente las redes de telecomunicaciones. A pesar de estas advertencias, países como Alemania han seguido confiando en Huawei para el despliegue del 5G, una decisión que fue impulsada directamente por la excanciller Angela Merkel.
En España, y a pesar de las advertencias de la OTAN y de la UE sobre los riesgos de seguridad asociados a la tecnología de la empresa china, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha mantenido una postura favorable hacia la compañía.
En 2020, Sánchez respaldó públicamente a Huawei, destacando su papel en el desarrollo del 5G en España. Esta posición contrastó con la de otros países europeos que optaron por restringir o vetar su participación en las redes de telecomunicaciones.
Este nuevo capítulo del escándalo pone en evidencia, una vez más, la fragilidad de las instituciones europeas frente a la injerencia extranjera y la facilidad con la que algunos eurodiputados habrían vendido su influencia a intereses ajenos a los de los ciudadanos europeos.