Los vehículos eléctricos chinos que circulan en la actualidad por el Reino Unido pueden ser utilizados como «armas» y deberían ser prohibidos para su uso gubernamental.
Esto es lo que advierte un informe del Instituto de Riesgos Estratégicos de China (CSRI, por sus siglas en inglés), que explica que los dispositivos que hay en el interior de estos coches fabricados en China pueden ser utilizados para enviar datos de vuelta al gigante chino o incluso ser controlados de forma remota.
Por este motivos, CSRI ha pedido que se impida que fabricantes de automóviles chinos obtengan contratos con el Gobierno de Reino Unido, como ya ha ocurrido en el pasado.
En 2023, se descubrió que el Ministerio de Defensa británico estaba utilizando vehículos eléctricos fabricados por MG, una empresa propiedad de China, y esto podría trasladarse a otros departamentos estatales que, en la actualidad, están adquiriendo vehículos eléctricos para descarbonizar sus flotas.
El documento detalla que estos coches representan un riesgo de seguridad potencialmente mayor que los vehículos a gasolina, ya que es más probable que estén equipados con módulos conectados a Internet, capaces de recopilar datos y controlar las funciones del automóvil. «El público del Reino Unido sigue siendo en gran medida inconsciente de los riesgos de dependencia, interrupción y seguridad de datos que representan los vehículos eléctricos chinos a través de los Módulos de Internet de las Cosas Celulares (CIMs, por sus siglas en inglés) fabricados en China», asegura el informe.
Las empresas chinas son las principales proveedoras de esos CIMs, que se utilizan para recibir y transmitir información, como la ubicación y las instrucciones de carga, además de controlar las funciones de conducción automática. Estos módulos han sido utilizados anteriormente para desactivar vehículos, como ocurrió cuando la empresa de equipos agrícolas John Deere apagó tractores confiscados por Rusia en Ucrania.
Además, las leyes de seguridad nacional de China exigen que las empresas compartan datos con el gobierno cuando se les ordena, una situación que ha llevado a la eliminación de tecnología de compañías como Huawei de la infraestructura occidental.
A diferencia de Estados Unidos y la Unión Europea (UE), Reino Unido ha evitado imponer aranceles elevados a los autos eléctricos fabricados en China, lo que, según el informe, puede hacer al país más vulnerable a cualquier problema de seguridad asociado con estos vehículos.
Ahora el CSRI y la Coalición por la Tecnología Segura, un grupo enfocado en los riesgos de los módulos de Internet chinos, están pidiendo la prohibición de los fabricantes de vehículos eléctricos y CIMs sospechosos de tener vínculos con el gobierno chino, para que no puedan participar en licitaciones de contratos públicos.
Sam Goodman, director de políticas del CSRI, ha afirmado al diario británico The Telegraph: «El Gobierno y el público parecen ser ajenos a los riesgos de dependencia, interrupción y seguridad de datos que los CIMs en los vehículos eléctricos chinos representan para el Reino Unido».
«Instamos a que esto se aborde, de lo contrario, el Reino Unido corre el riesgo de afectar también a sus aliados más cercanos, profundizar su dependencia de China en la cadena de suministro de vehículos eléctricos y la transición ecológica, y exponerse a ser intimidado y chantajeado por Pekín«, ha agregado Goodman.
Pese a que la UE mantiene aranceles elevados para los coches eléctricos chinos, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, se mostró partidario la semana pasada de reconsiderar la posición de los estados miembros y de la Comisión Europea sobre estos aranceles.
«Creo que todos nosotros necesitamos reconsiderar nuestra posición», señaló Sánchez en una rueda de prensa en el país asiático, donde viajó para reunirse con Xi Jinping. Así, pidió ser «constructivos» y buscar una solución que pase por un compromiso entre la UE y China.