Los ministros de Interior de la Unión Europea constataron este martes la imposibilidad de cerrar en fechas próximas la reforma del sistema de asilo, por las discrepancias entre los países sobre asuntos como el reparto de los flujos de refugiados.
Los cambios en el Reglamento de Dublín, que establece qué país es responsable de tramitar las solicitudes de asilo en la UE, se trataron en un Consejo de Interior en Luxemburgo, donde el secretario de Estado belga para el Asilo y la Inmigración, Theo Francken, resumió el pesimismo reinante diciendo que la reforma del sistema de asilo «está muerta».
«No hay suficiente base para seguir las discusiones sobre la reforma de Dublín. Muchos países han expresado reticencias importantes», dijo Francken en declaraciones a la prensa.
Los líderes de la UE expresaron el pasado diciembre su voluntad de que la reforma del sistema de asilo fuera acordada este junio, con el objetivo de dotar a los Veintiocho de un mecanismo permanente para responder a las oleadas de inmigrantes en caso de emergencia.
Sin embargo, las divergencias entre países rebajaron en los últimos meses el nivel de ambición y fuentes diplomáticas indicaron que el objetivo de la reunión este martes era solo exponer las «directrices políticas» de los ministros, con vistas a la cumbre de jefes de Estado o Gobierno de la UE, que se celebrará el 28 y 29 de junio.
Para ello, la presidencia de turno de la UE, que este semestre ejerce Bulgaria, preparó un borrador de propuesta que prevé el reparto entre Estados de la carga migratoria, especialmente para el caso de una crisis similar a la de 2015, cuando cerca de un millón de personas llegaron a la UE, muchos huyendo de Siria.
En particular, plantea tres escenarios, en función de que las circunstancias que concurran sean «normales», complicadas o se trate de una «crisis severa».
Sin embargo, el texto no contempla asignar cuotas obligatorias de inmigrantes a los países y permite que en su lugar se pueda, bajo ciertas condiciones, tomar otras medidas distintas para ayudar, por ejemplo asignando fondos de ayuda o aportando expertos.
Italia y Visegrado, en contra
El vicepresidente y ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, adelantó este lunes que Italia no aprobaría ese documento porque «penalizará de nuevo» a su país.
«Votaremos ‘no’ al documento que será presentado en la reunión en Luxemburgo sobre la inmigración porque penalizará de nuevo a Italia y a otros países del Mediterráneo a favor de los países del norte y del este de Europa», dijo Salvini, que este lunes no estuvo en el Consejo de Luxemburgo.
Otros países que expresaron este martes su oposición fueron Hungría, Polonia, Eslovaquia, la República Checa -conocido como Grupo Visegrado- Letonia y Lituania.
Tras la falta de avances, habrá que ver la manera en que los líderes abordan el asunto en la próxima cumbre europea.
«No puedo imaginar un contexto que permita un compromiso en el Consejo Europeo. Ni siquiera existe una mayoría cualificada«, dijo el belga Theo Francken.
La CE presentó su propuesta para reformar el Reglamento de Dublín hace dos años, pero desde entonces ha habido pocos avances en las negociaciones.
Según las normas vigentes, los países europeos por donde entran los inmigrantes en la UE son los que deben procesar las solicitudes de asilo, lo que supone una importante carga en particular para Italia, Grecia y España, que se encuentran en primera línea.
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