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'SI ALGUIEN SE INTERPONE EN NUESTRO CAMINO DESTRUIREMOS A TODOS'

Wagner, un grupo militar ruso, se rebela contra Putin y afirma haber tomado una ciudad al sur del país

El líder de Wagner, Yevgeni Prigozhin. Europa Press

El líder del ejército privado Wagner, Yevgeni Prigozhin, ha anunciado este sábado que su grupo ha cruzado la frontera rusa y «están entrando» en la ciudad de Rostov, al sur del país.

«Ahora estamos entrando en Rostov. Las divisiones del Ministerio de Defensa, o mejor dicho, los reclutas, que fueron arrojados para bloquear nuestro camino, se hicieron a un lado» ha publicado Prigozhin en un audio en su cuenta de Telegram recogido por el portal de noticias Meduza.

«Si alguien se interpone en nuestro camino, destruiremos a todos», ha zanjado Prigozhin.

Todo ha comenzado este mismo viernes cuando la organización de mercenarios ha denunciado en su canal de Telegram que se había lanzado «un ataque con misiles contra campos de entrenamiento de Wagner» y que había dejado «muchas víctimas». «El golpe ha sido asestado (…) por militares del Ministerio de Defensa ruso», destaca el mensaje.

Wagner, una milicia privada que hasta la víspera había sido leal a Putin, ha advertido de que cuenta con hasta 25.000 paramilitares en sus filas y que van a «averiguar por qué está pasando este caos», el cual aseguran «es verdad». «Todos los que quieran pueden unirse. Debemos terminar con esta desgracia», ha señalado la organización, agregando que es necesario «frenar el mal» dentro de la cúpula militar rusa.

Además, Wagner ha prometido «detener» al ministro de Defensa, Sergei Shoigu, a quien acusa de haber huido a Rostov para perpetrar un ataque armado desde allí contra el grupo paramilitar. «Esto no es un golpe militar. Esta es una marcha por la justicia», ha zanjado.

Más tarde, el general de las Fuerzas Armadas rusas, Sergei Surovikin, ha hecho un llamamiento a los paramilitares de Wagner para que no hagan caso de las provocaciones de Prigozhin, quien estaría alentando una suerte de golpe militar.

El Código Penal ruso castiga con penas de prisión de entre 12 a 20 años la rebelión armada, que busca «derrocar o cambiar por la fuerza el sistema constitucional de la Federación rusa, así como violar la integridad territorial» de Moscú.

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