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el exlíder de podemos vuelve a las andadas

El Chile gobernado por Boric: ¿nuevo laboratorio para las ‘asesorías’ de Pablo Iglesias?

El exvicepresidente del Gobierno y exlíder de Podemos, Pablo Iglesias. Europa Press

Pablo Iglesias vuelve a las andadas. Esas en las que se le ha dado muy bien la faceta de asesor de Gobiernos de izquierda en Hispanoamérica para propiciar situaciones que le han reportado cuantiosos pagos a partir de dar consejo a fichas del Foro de Sao Paulo. Siempre con miras a apalancar a líderes que confiscan libertades civiles, reprimen a la disidencia y quiebran las economías de sus países.  

De acuerdo a información difundida a través de su cuenta en Twitter, el viernes 30 de septiembre el exlíder de Unidas Podemos participará en el foro “Medios de comunicación y conflicto político: interpretaciones, narrativas y acciones en contexto de crisis institucional”, que llevará a cabo la Facultad de Comunicación de la Universidad de Chile.

Una situación que de inocua tiene poco, y por ello ha crispado los ánimos en el país sudamericano, al punto de que el excandidato presidencial chileno José Antonio Kast lo increpó públicamente, recordando sus vínculos como “asesor” de Hugo Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia, por recordar dos casos. Con un “Señor Iglesias: lo queremos lejos de Chile!”, frente a la amenaza que supone el personaje en cuestión, reaccionó el exaspirante conservador a la eventual visita.  

La voz de alerta de Kast no es nada descabellada, dado que la visita de Iglesias se hace pública en un momento en el que el presidente de Chile, Gabriel Boric, vive sus horas más bajas de popularidad, en medio del duro golpe que ha significado para su gestión el haber perdido el plebiscito que buscaba imponer una nueva Constitución cargada de artículos que pretendían remodelar la forma de vida de los chilenos con un menú a la carta para la izquierda. Así, las amenazas contra la integridad territorial del país, la defensa de la vida y la familia y las libertades económicas, de asociación y de expresión, fueron repelidas por los ciudadanos en las urnas de votación.

Iglesias mantiene una antigua amistad personal con el actual presidente chileno, Gabriel Boric, con quien ha compartido en entrevistas y foros. En 2015 el actual mandatario de la nación hispanoamericana llegó a afirmar a El País que la iniciativa emprendida por Podemos en España guardaba similitudes con el experimento que quería llevar adelante la izquierda de la que él formaba parte en Chile, todo ello en medio de un marco de críticas al “Bipartidismo, consenso neoliberal, escaso recambio generacional, desmovilización de la sociedad, progresiva privatización de servicios básicos y derechos sociales”.

El escándalo persigue al exdirigente de la formación púrpura, quien acumula señalamientos por haber recabado -a través de la Fundación CEPS- cientos de miles de euros asesorando al chavismo criminal en Venezuela. Por ejemplo, entre 2008 y 2009 habría logrado captar hasta 1,36 millones de euros provenientes del régimen venezolano para la fundación que luego daría pie a Podemos, de acuerdo a lo afirmado por el Ok Diario. El saldo material de dichas asesorías se atestigua con el desastre que sobrevino en dicho país en distintos órdenes: crisis económica, violencia desbordada, destrucción de la democracia y las instituciones, presos políticos, atentados a las libertades civiles, crisis de migrantes, entre otros.

Ahora, volviendo a Chile, por lo pronto Iglesias ha optado por responderle a Kast sobre su foro universitario, asumiéndose como un simple “presentador de un podcast”, al tiempo que calificó al exaspirante presidencial chileno de “nazi pinochetista”.

Es fundamental que el liderazgo político de Chile -el que protege con recelo su democracia- no permita que Iglesias y sus “asesorías” trastoquen las libertades de las que hoy disfruta el país. La experiencia en la región acredita de manera suficiente la amenaza que el exlíder de Podemos representa para cualquier nación que pretenda tomarle “consejo”.  

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