El Ministerio de Información saharaui ha comunicado este martes que el reconocimiento israelí de la soberanía de Marruecos sobre territorio del Sáhara Occidental no tiene valor.
«Tal decisión no se considera ningún logro para el Estado ocupante de Marruecos, sino que representa una clara condena a una alianza de dos estados discordantes, que ocupan militarmente el Sáhara Occidental y los territorios palestinos, respectivamente, sometiendo a sus pueblos a las mismas prácticas de opresión y confiscando sus derechos internacionalmente reconocidos a la autodeterminación y la independencia», ha asegurado el ministerio en un comunicado recogido por la agencia de noticias SPS.
«La decisión de Israel de reconocer la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental no tiene valor legal ni político (y) solo fortalecería la determinación del pueblo saharaui de continuar su lucha de liberación en todos los frentes», ha añadido la cartera ministerial.
Además, ha considerado que Israel «ha despreciado» y «se ha burlado» de los sentimientos de «millones de personas», y ha advertido sobre las «graves repercusiones» de la alianza entre Marruecos e Israel.
También ha asegurado que se trata de un intento de aprovechar el conflicto para «implementar agendas militares y de seguridad subversivas» que amenazan tanto a la estabilidad del Norte de África como del Sahel.
Israel reconoció formalmente el pasado lunes la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental en una carta remitida por el primer ministro, Benjamin Netanyahu, al rey Mohamed VI, según anunció la Casa Real alauí.
Como ya ocurriera con el giro de España respecto al Sáhara, ha sido Rabat quien ha anunciado la nueva postura oficial de Israel. En marzo de 2022 fue también la Casa Real alauí la que informó de la carta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la que se respaldaba el plan de autonomía marroquí para el Sáhara como «la base más sólida, realista y creíble» para una solución al conflicto.
En el caso de Israel, su posicionamiento está en línea con el adoptado en diciembre de 2020 por el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, que también reconoció la soberanía de Rabat sobre la antigua colonia española. Aquella fue precisamente la moneda de cambio para que Marruecos normalizara la relación con Israel.