«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
EL PAÍS CON MAYOR PREVALENCIA DE SUBALIMENTACIÓN DE SUDAMÉRICA

El hambre se apodera de Venezuela bajo el régimen de Maduro

Un niño venezolano en una barriada de Caracas. Europa Press

El pasado 18 de enero fue publicado un informe titulado “Panorama regional de la seguridad alimentaria y nutricional de América Latina 2022″, elaborado por varias agencias de Naciones Unidas, según el cual seis millones y medio de venezolanos padecen hambre.

La investigación fue elaborada por las agencias de la ONU para la salud (OMS), alimentación y agricultura (FAO), la infancia (Unicef), el desarrollo agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos.

El archivo PDF del informe de 143 páginas, señala que durante los años 2020 y 2021, «En Sudamérica, Venezuela tuvo la mayor prevalencia de subalimentación (22,9%), que en números absolutos equivale a 6,5 millones de personas», situación superada en la región solo por Haití.

La investigación también revela que el 4,1% de los niños menores de cinco años en Venezuela sufre desnutrición aguda, condición esta que pone en peligro la vida de los infantes y que es «causada por una ingesta insuficiente de energía y nutrientes, una mala absorción de energía y nutrientes o una enfermedad frecuente o prolongada».

En Venezuela ha aumentado en un 6% los niños con bajo peso al nacer. Este es definido «como un peso inferior a 2,5 kg, causado por una restricción del crecimiento intrauterino, prematuridad o ambos. Un bebé con bajo peso al nacer tiene aproximadamente 20 veces más probabilidades de morir que un bebé con un peso superior a 2,5 kg».

El hambre que sufren los venezolanos, en un país rico y tan bendecido por recursos naturales, es sin duda un delito de lesa patria, un crimen que clama al Cielo, sobre todo porque afecta a los niños, incluso si en el futuro pudiesen alimentarse adecuadamente, porque los efectos de la desnutrición durante la infancia ocasionan daños para el resto de sus vidas.

Para la nutricionista especialista en seguridad alimentaria e investigadora de Cáritas de Venezuela, Susana Raffalli, «la cifra de 6,5 millones de venezolanos que padecen hambre es 3 veces más grande que las personas en situación de hambre en América del Sur». Rafalli agrega que esto es consecuencia de las erradas políticas del Estado ya que “tenemos con qué para ser el país con la despensa alimentaria más rica del continente… así que todo lo que está pasando aquí se debe a una administración del recurso alimentario nacional muy precaria”.

El Informe de la ONU desmonta de manera clara e inequivoca, la peregrina tesis según la cual, la crisis venezolana está llegando a su fin, argumento que se usa para justificar las negociaciones entre un sector de la oposicion con Maduro. En Venezuela, solo los privilegiados por la corrupción galopante que viven en una burbuja, se alimentan adecuadamente y pueden vivir una vida de lujos.

Es por eso que el obispo venezolano Víctor Hugo Basabe, durante la procesión de la Divina Pastora que se realiza todos los años en Barquisimeto, capital del estado Lara cada 14 de enero, dijo en su homilía de este 2023: «que cesen las burbujas de la falsedad económica que pretenden ocultar al mundo la precaria situación en la que están inmersos la mayor parte de nuestros hermanos venezolanos… Les invito a poner en el corazón de nuestra oración a nuestra Venezuela herida, maltratada, traicionada y saqueada hasta más no poder».

El régimen no tardó en responder a la Iglesia Católica, en voz de la vicepresidente Delsy Rodríguez, quien calificó como «demonios con sotana» a la curia venezolana.

El Informe de la ONU es una razón más para condenar la actitud de aquellos que pretenden llegar a un acuerdo con el régimen de Maduro en los diálogos de México. ¿Acaso un tirano al que no le duele el hambre de los niños venezolanos accederá a realizar unas elecciones libres y transparentes? ¿Quiénes son los demonios?

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