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TRAS LA DENUNCIA INTERPUESTA POR François Cavard

La Audiencia Nacional admite la denuncia contra Petro por el secuestro de un periodista por parte del M-19

Garriga Aragonès religión verde
Ignacio Garriga. Europa Press.

El juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea ha admitido una denuncia presentada contra el candidato presidencial colombiano narcocomunista Gustavo Petro por el secuestro del periodista Fernando González Pacheco por parte de la organización terrorista en la que militó, M-19.

En un auto del pasado 19 de mayo, el juez de refuerzo del Juzgado Central de Instrucción Número 6 explica que la admisión se produce «a los solos efectos» de ofrecer a los familiares del periodista la posibilidad de querellarse después de que la Fiscalía haya rechazado hacerlo.

La admisión a trámite de esta denuncia se ha dado a conocer un día después de que Petro haya conseguido la victoria en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Colombia tras conseguir el 40,32 por ciento de los votos.

El periodista Fernando González Pacheco -en una fecha indeterminada comprendida entre 1977 y 1990- fue secuestrado por la guerrilla y liberado posteriormente. González Pacheco, que gozaba de una gran fama en Colombia, murió en Bogotá en 2014 por una complicación cardíaca.

La relación que conecta estos hechos con la Audiencia Nacional es, apunta el magistrado, que fuentes abiertas apuntan que González nació en España. Sin embargo, y para corroborarlo, el magistrado ordena a la Policía comprobar si el periodista «ostentaba la nacionalidad española al tiempo de producirse los hechos denunciados».

Adicionalmente, el juez Gadea solicita que se averigüe -con el auxilio de las autoridades colombianas- si Petro «goza de estatuto de amnistiado o indultado, y especialmente, si ha sido investigado, absuelto o condenado por los hechos» que se investigan.

La denuncia interpuesta por François Cavard contra Petro, recoge el auto, imputa al dirigente la comisión de delitos calificados inicialmente como crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y genocidio.

En la misma, recuerda que el M-19 durante al menos dos décadas (entre los años 70 y 80) empleó de manera sistemática e indiscriminada el secuestro de personas, así como la tortura y el asesinato intencional «con el objetivo de destruir a quienes consideraban su enemigo».

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