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DESTITUIDO AL INTENTAR DISOLVER EL CONGRESO DE PERÚ

La izquierda internacional intenta exculpar al golpista Pedro Castillo en un informe

El expresidente izquierdista de Perú, Pedro Castillo. Europa Press

El Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) ha publicado este mes de septiembre un informe que arroja indicios de lo afectada que está la izquierda internacional por la destitución del expresidente golpista peruano Pedro Castillo.

El CELAG, un centro de pensamiento que cuenta entre sus directivos a Rafael Correa de Ecuador, al español Juan Carlos Monedero y Álvaro García Linera de Bolivia, dedica su informe a exonerar a Castillo de toda culpa, porque «el delito de rebelión que se le imputa sólo se consolida si se consuma, algo que no sucedió en el caso de Castillo». Argumento éste sin fundamento, ya que el expresidente decretó la disolución del Congreso a plena luz del día, a través de las cámaras de televisión, que todos pudimos ver.

El CELAG señala como villana de su historieta a la actual presidente Dina Boluarte, porque, pese a haber ejercido el cargo de vicepresidente durante el mandato de Castillo, le dio la espalda cuando este quiso perpetrar un golpe al Congreso, lo sustituyó en la primera magistratura, y ha seguido gobernando normalmente.

El informe del CELAG difunde las mismas mentiras de la izquierda peruana, según las cuales Boluarte es una violadora de los derechos humanos, por reprimir las protestas violentas en su contra, las cuales, como es sabido, han sido promovidas por el líder cocalero boliviano, Evo Morales.

Esto no es de extrañar, puesto que el Director Ejecutivo del CELAG, Alfredo Serrano Mancilla, es un declarado apologista de Evo Morales y autor del libro Evo, Operación Rescate, con prólogo del presidente argentino Alberto Fernández.

Al CELAG le preocupa que el Congreso del Perú esté investigando a la Junta Nacional de Justicia (JNJ), organismo encargado de nombrar, fiscalizar y eventualmente sancionar a jueces y fiscales. Al parecer, la JNJ ha sido infiltrada por la izquierda y el Parlamento cuenta entre sus facultades constitucionales la posibilidad de destituir a sus miembros.

Pero lo que más le duele al CELAG es la probabilidad de que Pedro Castiilo no regrese al poder. «Tras tres intentos fallidos de adelantamiento electoral, la fecha de los comicios presidenciales permanece, al día de hoy, inamovible para abril de 2026, período en el que terminaría el mandato del depuesto Pedro Castillo”.

El CELAG también se lamenta por la división de la izquierda peruana, incapaz de presentar un frente unido para las próximas elecciones presidenciales: «La oposición al régimen de facto de Boluarte los liderazgos institucionales en la izquierda permanecen fragmentados y acosados por la represión. En el Congreso se identifican tres grandes grupos parlamentarios: uno referenciado en Vladimir Cerrón, que agrupa 12 diputados de los 33 que había colocado inicialmente y que actualmente acuerda sin rubor con Boluarte y el fujimorismo. Un segundo bloque es Cambio Democrático-Juntos por el Perú, que aglutina a 10 diputados provenientes de diferentes espacios y sin un liderazgo unificado; lo mismo sucede con el Bloque Magisterial, de 9 diputados ex Perú Libre sin mayores acuerdos ni encuadramiento que su oposición al fujimorismo y a Vladimir Cerrón».

Sin embargo, es pertinente recalcar que, a pesar de que la izquierda no pareciera representar un peligro para el 2026, los factores democráticos no pueden dormirse en los laureles; porque, lamentablemente, la derecha también está dividida, y a la fecha no existe claramente un líder capaz de garantizar que el Perú permanezca a salvo de las garras del Foro de Sao Paulo.

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