«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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EFECTUADA EN WASHINGTON, CON LA PARTICIPACIÓN DE 70 JÓVENES DE LA REGIÓN

La quinta cumbre de Youth and Democracy abre espacios para reflexionar sobre las amenazas a las libertades en América

Jóvenes que participaron en la quinta cumbre de Youth and Democracy in the Americas

Entre el 16 y el 20 de octubre, la organización Youth and Democracy in the Americas organizó su quinta cumbre anual en Washington DC, Estados Unidos. La organización liderada por su presidente Cecilia Navas, reunió a jóvenes de todo el continente americano. En esta instancia, discutieron sobre las amenazas que han tenido los distintos países del continente en sus democracias y libertades, y tuvieron la oportunidad de conocer y escuchar a importantes líderes mundiales como los senadores republicanos de los Estados Unidos, Marco Rubio y Rick Scott. Con todo, lo relevante de esta cumbre es la importancia de los jóvenes en la defensa de la libertad en América, pues esta no debe darse por sentada.

A lo largo del continente americano, encontramos diversas realidades. Los países más desarrollados de la región, como los Estados Unidos de América y Canadá pueden observar cómo la cultura de la cancelación, el relativismo, la manipulación de la realidad aleja a sus sociedades de la verdad (que, dicho sea de paso, siempre es objetiva). La cultura woke y deconstruccionista busca engañar a la juventud para alejarla de la virtud, con falsas ideologías que solo buscan instalar falsos antagonismos. Asimismo, se ha diseminado una cultura del ocio vacío en la cual una cantidad considerable de jóvenes y adultos han caído en las drogas, específicamente del fentanilo -conocido como la nueva «droga zombie»-, tal como se ha observado de manera alarmante en los estados de California o Nueva York.

En segundo lugar, los países considerados en vías al desarrollo han visto, también, cómo la libertad de expresión se ha visto afectada, con censuras a la prensa y persecuciones políticas en distintos niveles. La cultura woke también ha llegado a estas zonas con la ideología de género, que no ha permitido saldar deudas reales como el problema de la seguridad que sufren tanto mujeres como hombres.

Asimismo, estos países como Chile, Argentina, Perú, México, Ecuador, Colombia, solo por mencionar algunos, han visto sus instituciones capturadas por la corrupción. De igual forma, vemos que atraviesan crisis económicas producto de políticas irresponsables que, en muchas ocasiones, se promueven en nombre del pueblo, pero solo terminan perjudicándolo. Además, estos países han visto cómo la narcocultura, la delincuencia y los problemas de seguridad pública desestabilizan el Estado de Derecho y amenazan gravemente las libertades de las personas afectando sus proyectos de vida.

En tercer lugar, encontramos países que tienen Estados fallidos producto de tiranos que han llegado al poder engañando a los electores con falsas promesas, pero que han esclavizado a sus compatriotas con políticas totalitarias que han afectado todas las dimensiones de la vida de estas personas. Incluso llegando a secuestros, torturas, y asesinatos atropellando toda dignidad humana. Estos son los lamentables casos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, donde sus habitantes han tenido que migrar de manera forzada, exponiendo sus vidas y dejando en muchas ocasiones atrás a sus familias.

Estas fueron las realidades discutidas por los más de 70 jóvenes que asistieron representando a sus países durante estos cinco días de la V Cumbre de Youth and Democracy, que se llevó a cabo en el International Republican Institute, a la par que en la Cámara de Representantes y el Senado de los Estados Unidos. En estos días, se contó con relevantes figuras como Juan Ciscomani (miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos Arizona), Rick Tyler (Director de Campañas del Leadership Institute de Washington DC), Betilde Muñoz (Social Inclusion Director ante la OEA), el filósofo mexicano José Alberto Alejandre Lara, entre numerosas otras figuras internacionales. Para finalizar, los jóvenes recibieron un alentador discurso de Luis Almagro, secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en la casa de las Américas.

Los jóvenes y la Libertad

Por la situación que vive el continente, y a propósito de la V Cumbre de Youth and Democracy in the Americas, seamerita reflexionar sobre la Libertad y el rol que tienen los jóvenes en su defensa. Pues, cuando uno es joven, muchas veces se suele pensar que la Libertad es aquella situación en la que se puede hacer lo que a uno se le plazca. Primero que todo, conviene enfatizar que la Libertad no es hacer aquello que se desee de manera arbitraria, pues siempre se debe tener en cuenta la dignidad de un tercero, es decir, a otra persona humana.

¿Qué es la persona humana? Esta pregunta puede parecer obvia, pero ante las amenazas a la dignidad conviene volver a ponerla en la palestra. Aristóteles, ya en la antigua Grecia, se preguntaba qué nos distinguía a los humanos de otros seres vivos y llega a la conclusión de que es la capacidad de raciocinio. Y la capacidad de razonamiento nos permite ser mejores, más virtuosos. Y esto es clave, pues la virtud, como la prudencia y la sabiduría, guían nuestro camino hacia la felicidad que, para la ética aristotélica, es el fin supremo de la vida.

Más adelante, tanto Boecio como Santo Tomás concordarán que la razón es clave en entender a la persona humana y diferenciarla de otros entes. «Es sustancia individual de naturaleza racional»; es decir, la mente es parte del acto de ser persona. Por tanto, se desprende que el razonamiento y la voluntad nos revisten de libertad. Pues, no se puede ser completamente libres ni tomar decisiones libremente si nuestra razón o juicio falla, o si nuestra voluntad se ve impedida.

De igual modo, otro atributo inherente al de persona humana es el de la Dignidad.

¿Qué es la Dignidad? Es un concepto muy manoseado, que parece vacío y en disputa. En Chile, para las revueltas del 2019, los grupos radicales promovían la consigna «Hasta que la dignidad se haga costumbre», como una forma de justificar un nuevo texto constitucional, el cual fracasó en su primer intento y, lo más probable, es que tampoco se apruebe el segundo intento de nueva Constitución el próximo plebiscito en diciembre de este año.

Pero, nuevamente, la corriente clásica nos puede orientar al momento de entender qué es la dignidad. La dignidad es inherente al ser humano solo porque somos personas. No porque tenemos mayor o menor poder adquisitivo, por nuestro sexo, nuestro color de piel, la religión que profesemos o no. El valor de la dignidad está en que es intrínseca al ser humano. La dignidad es ontológica, es decir, se refiere al reconocimiento del ser humano, como persona, independientemente de cualquier condición o característica particular del individuo.

Lo anterior nos permite afirmar que, porque la persona humana es inherentemente digna, es un fin en sí misma, no un medio o un instrumento. Por ello es el Estado el que está al servicio de la persona y no al revés, pues esta última situación lleva a caer en sistemas de gobiernos tiránicos.

¿Por qué es relevante hablar de persona humana al momento de entender el valor de la Libertad? Pues, el primer límite a la libertad es cuando nos encontramos con un tercero, el que se debe respetar porque posee una dignidad intrínseca, y por este hecho merece respeto.

En segundo lugar -si hacemos una genealogía del término libertad- es factible sostener que es también un concepto político, que apunta a entender las relaciones entre las personas en una determinada sociedad.

Por ejemplo, John Locke, padre del liberalismo clásico, afirma que la Libertad es uno de los derechos naturales, junto al derecho a la vida y la propiedad privada. Y que el Estado surge para proteger estos tres derechos innatos de las personas. Por ello, cuando se trasgrede la libertad como también la dignidad o la propiedad privada de alguna persona, esto se convierte en un problema del cual, se espera, que el sistema político se haga cargo.

Por consiguiente, se espera en las democracias liberales representativas que los gobiernos garanticen las libertades y los derechos fundamentales, lo que se logra cuando las instituciones se basan en un orden jurídico, social y económico sólido. De esta manera, logra evitar la coacción arbitraria, ya sea la violencia entre personas, entre grupos, o incluso por parte de un tirano a los civiles. James Madison, uno de los padres fundadores de los Estados Unidos sostuvo: «If men were angels, no government would be necessary». Es decir, que «si los hombres fueran ángeles no sería necesario el gobierno».

En consecuencia, desde una perspectiva política no puede existir la Libertad si no existe la ley y un orden social.

Reflexionar sobre la Libertad es fundamental hoy. Pues, tal como se esbozó anteriormente, los países del continente americano, y me refiero desde el norte con los Estados Unidos y Canadá hasta el sur con Chile y Argentina, ven diferentes grados de amenazas a la Libertad cuando sus democracias se ven corrompidas. Y esto implica transgredir la dignidad y proyectos de vida de las personas de América.

En suma, los jóvenes deben tener presente el valor de la ética pública para combatir la corrupción de nuestras instituciones, es decir, practicar la sabiduría y la prudencia. Porque sociedades más virtuosas, son más justas y libres, y se alejan de actos corruptos. Asimismo, los cimientos de una sociedad libre y fuerte se fundan en el respeto a la dignidad de toda persona y su libertad, a través de instituciones sólidas y estables.

Porque de esta manera las personas no solo tienen sus necesidades materiales cubiertas, que son claramente esenciales, sino que también puedan enriquecerse a nivel espiritual e intelectual. Que cuenten con estímulos para fomentar su creatividad, contribuyendo así al progreso de nuestras sociedades con innovación, avances tecnológicos, mejorar la educación, promover la real vocación de servicio público, contribuir en la academia, etc.

De igual forma, las sociedades libres y fuertes generan espacios para que surjan cuerpos intermedios para que puedan desarrollarse en los fines por los cuales surgen, de manera libre y autónomos, y sin ser instrumentalizados políticamente. No obstante, hemos visto que en el continente americano han sido altamente amenazados con adoctrinamiento político.

Es consecuencia, una sociedad libre permite que cada persona y agrupación pueda decidir su destino, y de esta forma, ya sea directa o indirectamente, colaboren libremente al desarrollo de nuestros países. Sin embargo, no hay que dar por sentada la Libertad y en cada espacio hay que recordar su valor e importancia. Los jóvenes son quienes tomaran el timón de sus países, y siempre deben embarcar hacia la Libertad.

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