La directora del Departamento Administrativo de la Presidencia colombiana, Laura Sarabia, será la nueva ministra de Relaciones Exteriores del país iberoamericano, en sustitución de Luis Gilberto Murillo. El vicecanciller, Jorge Rojas, será el sustituto de Sarabia.
El nombramiento Sarabia, que ha ocupado el cargo durante un año, se produce en medio de una crisis de Gobierno que incluye la salida de Mauricio Lizcano del Ministerio de las TIC. Otros cuatro ministros podrían abandonar el gabinete por sus aspiraciones electorales para 2026.
«He presentado mi renuncia como Ministro TIC. Hoy cierro con gratitud y orgullo una etapa que me permitió cumplirle a Colombia. Gracias al presidente Gustavo Petro por la oportunidad de servir, al equipo del ministerio y a la gente por las muestras de afecto», ha publicado Lizcano en su cuenta en X.
Precisamente Luis Gilberto Murillo tendría intención de presentarse como candidato a la Presidencia, por lo que por ley debe dejar el cargo antes de marzo.
También dejarían el gabinete Juan Fernando Cristo (Interior), Susana Muhamd (Medio Ambiente), Guillermo Alfonso Jaramillo (Salud) y Andrés Camacho (Minas y Energía), todos ellos por sus aspiraciones electorales, según medios colombianos.
Protagonista de un mega escándalo político
En 2023 Laura Sarabia protagonizó un escándalo mientras era jefe del gabinete petrista. En esa ocasión denunció públicamente a quien entonces fungía como la niñera de su familia, Marelbys Meza, a quien responsabilizó del robo de un maletín que contenía más de 6.000 euros en efectivo.
Estas denuncias generaron la intercepción ilegal de las líneas telefónicas de Meza, quien incluso fue llevada a declarar de manera clandestina a una oficina ubicada cerca del presidencial Palacio de Nariño en Bogotá, donde fue sometida a una prueba de polígrafo sin ningún tipo de orden judicial que justificara la medida.
El mal manejo de la situación desató un vendaval en la opinión pública colombiana, quien comenzó a cuestionar las ejecutorias arbitrarias del Gobierno de Petro. Posteriormente el escándalo incluso se vio incrementado, cuando se filtraron a la prensa conversaciones vía Whatsapp entre Sarabia y un viejo amigo suyo, el entonces embajador en Caracas, Armando Benedetti.