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Antes de las elecciones de este domingo

Rita María Matías afirma que sólo el voto a CHEGA garantiza el cambio en Portugal y retrata al feminismo: «Sus ‘conquistas’ son de verdad retrocesos»

Rita María Matías. LGI

La candidata número uno por Setúbal en las elecciones de este domingo en Portugal, Rita María Matías, manifiesta que el voto a su formación es un voto por el cambio de un sistema que dura ya 50 años y el que tanto los socialistas como el PSD se han ido alternado en el poder y se han olvidado de servir a la población, a los mayores, a los jóvenes, y sirven a sus propios intereses. «Este sistema está lleno de corrupción, de tráfico de influencias, de interferencias del poder político en la justicia votar a CHEGA es revalorizar la democracia«, manifiesta en una entrevista concedida a LA GACETA.

La dirigente de CHEGA sostiene que se puede conseguir un Portugal más seguro siguiendo las «medidas» de VOX en España: defensa de las fronteras, impedir la inmigración masiva que está cambiando los pueblos, valorar a las fuerzas de seguridad y permitir que puedan actuar, etc. Y señala que deben tener un país que sea también seguro «desde el punto de vista económico, donde se pueda emprender, crear riqueza… seguridad física y moral».

En este sentido, reitera que el mayor mérito de CHEGA, que hace dos años logró el 7% de los votos y ahora podría superar incluso el 18-20%, es decir lo que los portugueses piensan, «lo que las personas normales sienten», y reivindica su ascenso fulgurante: «Tener una tercera fuerza que ha conseguido competir lado a lado con ellos (PS y PSD) es histórico«.

Asimismo, Rita María llama a las mujeres que no se sienten representadas por el feminismo a tener «coraje», «ser mujer, ser femenina y no tener complejos con su identidad», y critica que «en nombre de la igualdad» tengan que silenciar que hombres biológicos puedan estar en sus baños, en sus espacios de intimidad, o que hombres biológicos compitan con ellas en el deporte. «Las ‘conquistas’ de las feministas son de verdad retrocesos, retrocesos, retrocesos…», concluye.

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