El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ordenó el viernes exhibir la bandera del desarticulado grupo terrorista de extrema izquierda M-19 durante un acto en una escuela de la localidad de Zipaquirá, un municipio ubicado al noreste de Bogotá.
Con un «A ver compañero, traiga esa bandera porque estamos hoy de fiesta», el mandatario instó a un par de hombres presentes en el acto a desplegar los símbolos de la agrupación, famosa por haber protagonizado varios secuestros, así como por la irrupción en la Embajada de República Dominicana en 1980 y, más aún, la toma del Palacio de Justicia del país en 1985, un hecho que se saldó con la muerte de 94 personas.
La iniciativa de Petro se dio en el contexto de la conmemoración del 34 aniversario del fallecimiento de Carlos Pizarro, reconocido públicamente como el máximo comandante guerrillero que tuvo el M-19 y quien fue asesinado en 1990 a manos de un sicario en medio de su campaña a la presidencia de la nación, luego de la desmovilización del grupo subversivo.
«No les gusta que la saquemos, pero no va a estar debajo de los colchones. Hoy se conmemora un año más del asesinato de Carlos Pizarro, que estuvo aquí en Zipaquirá, que salió a cambiar el mundo», dijo Petro durante el acto.
Las reacciones a este hecho no se hicieron esperar. La senadora por el Centro Democrático y firmante de la Carta de Madrid, María Fernanda Cabal conminó al mandatario a «respetar» a los colombianos, recordando que el M-19 llegó a secuestrar a más de 500 personas inocentes durante su existencia.
El origen político de Petro
No es un secreto para nadie que el actual presidente colombiano comenzó su carrera política dentro del M-19, una agrupación a la que ingresó con tan sólo 18 años. De acuerdo a información recopilada en «Una vida, muchas vidas», el libro autobiográfico escrito por Petro, su andadura en dicho colectivo arrancó cuando vivía justamente en Zipaquirá, leyendo los documentos del «Eme».
Posteriormente Petro llegó incluso a ser concejal por esa localidad y vivió una suerte de doble vida, a medio camino entre la legalidad y el trabajo clandestino para el M-19. «Yo era militante clandestino del M-19, pero desarrollaba una actividad legal en la ciudad de Zipaquirá, incluso como concejal», llegó a admitir en una entrevista publicada en Youtube en 2021.
«Hay un Petro que conoce de cosas militares, le enseñan, pero la estructura político-militar hace un énfasis en las personas que ingresan al M-19: unos se convierten en dirigentes militares, Carlos Pizarro era uno, con vocación política, hay sindicalistas, hay curas, hay gente que organiza barrios, yo era un organizador de barrios, hasta que el Ejército me captura y me lleva preso. Después paso a la clandestinidad y en la clandestinidad me muevo entre ciudades, me muevo entre paros», dijo también en una ocasión, entrevistado por la revista Semana de Colombia.
