Los presos políticos nicaragüenses Dora María Téllez, Miguel Mendoza, Irving Larios y Róger Reyes desarrollan actualmente una huelga de hambre en El Chipote, una cárcel construida hace más de 90 años, y que se ha convertido en los últimos tiempos en el recinto más utilizado por el régimen de Daniel Ortega para albergar disidentes a su dictadura.
Los familiares de estos cuatro detenidos han dejado entrever su preocupación por la condición de salud que podrían tener sus familiares actualmente. “Tememos que puedan morir en ese centro de tortura. Cada día que pasa, sus vidas corren mayor peligro”, indicaron en un comunicado difundido a principios de esta semana.
Entre otras cosas, los presos iniciaron esta huelga de hambre en septiembre, en reclamo por la suspensión visitas que ordenó el régimen de Ortega. El lunes se cumplieron 52 días seguidos sin que los familiares de los prisioneros pudiesen verlos. Adicionalmente reclaman por la mala alimentación que reciben en El Chipote, así como por la escasa atención médica que se les ha prestado en la cárcel.
“Demandamos que se nos brinde información de cómo se encuentran en los períodos entre visitas, terminar con el confinamiento solitario y el aislamiento del mundo exterior (…) Regularización de visitas periódicas cada 15 días (según la legislación local) para ver a nuestros familiares presos políticos y constatar su estado de salud”, señala adicionalmente el comunicado de los familiares de los prisioneros.