El expresidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, asomó críticas al proceso de «paz total» que encabeza el actual mandatario del país, Gustavo Petro, en medio de las negociaciones que han conducido a un cese al fuego bilateral con los terroristas del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que se extenderá al menos hasta enero, así como el eventual inicio de conversaciones con disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia para acometer un proceso similar.
Uribe, quien gobernó el país sudamericano entre 2002 y 2010 ejecutando un enfoque de combate frontal a los grupos subversivos armados mediante la puesta en marcha de la política de «Seguridad Democrática», dijo en un mensaje en vídeo en la red social X: «Nosotros somos enemigos de los acuerdos claudicantes que no generan paz. Somos enemigos, por ejemplo, de los responsables de delitos atroces, de violación de niños, no vayan a la cárcel solo un día. Somos enemigos de la indulgencia al narcotráfico».
«Somos enemigos de que se desconozca el plebiscito popular, como ocurrió en Colombia, y eso produjo mucho daño, porque ese proceso de paz tan aplaudido en el mundo generó el doble de personas armadas que los que se desmovilizaron«, dijo además en referencia a la consulta electoral en la que, en 2016, la mayoría de los votantes se opuso al acuerdo alcanzado por la Administración de Gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos y los negociadores de las FARC en la Habana, Cuba.
Aunque el ELN oficializó hace una semana el inicio de un cese al fuego que se prevé tenga una duración de seis meses, la Defensoría del Pueblo de Colombia denunció el jueves que dicha agrupación impuso un «paro armado» en el departamento de Chocó (al noroeste del país), causando desplazamientos de personas que viven en la región.
Aparentemente la acción armada del grupo terorrista obedece a una pugna por el control de las rutas del narcotráfico con integrantes del Clan del Golfo en dicha localidad.
Esto se une a las denuncias que desde la Fiscalía General se han formulado en las últimas semanas a propósito de un presunto plan del ELN para atentar en contra de figuras críticas al presidente Petro, tales como el propio fiscal Francisco Barbosa, la senadora del Centro Democrático María Fernanda Cabal y el general y excomandante del Ejército Eduardo Zapateiro.
A la par de asomar críticas al proceso de negociación con la guerrilla conducido por Petro, Uribe también recordó los logros alcanzados durante su estadía en la Casa de Nariño, caracterizada por una reducción en la tasa de homicidios en el país, así como una baja considerable en el porcentaje de secuestros.
«Me acusan de enemigo de la paz, todo lo contrario. En el Gobierno que yo presidí se desmovilizaron 35.000 paramilitares, más de una docena de ellos fueron extraditados; se desmovilizaron 18.000 guerrilleros, hubo una reducción de 28.000 a 15.000 asesinatos, y se redujo el secuestro en un 90 %», dijo el exmandatario.
Por lo pronto el Gobierno del Pacto Histórico dio inicio el pasado lunes a un nuevo ciclo -el cuarto- de conversaciones de «paz» con representantes del ELN en Caracas. Las partes han prometido que en esta nueva etapa se pretende «escuchar en vivo y directo las voces de las víctimas» de la violencia generada en medio del enfrentamiento entre el Estado colombiano y dicho grupo terrorista guerrillero.
