Este fue de lo peor. Xammar a su lado un aprendiz que nunca le alcanzará. José Dalmau tiene 88 años que ahora lleva en silla de ruedas. Los suyos le celebran:
http://www.catalunyareligio.cat/blog/in-saecula-saeculorum/25-06-2014/moss-n-dalmau-male-t-home-fe-58975
No me parece mal. Aunque sean los muertos enterrando a sus muertos.
No voy a hacer ahora una semblanza de este mosén trabucaire. Tal vez el día de su traspàs, si llego a él. Que en estas cosas nunca se sabe aunque sea catorce años más joven que Dalmau. Sólo diré que me parece de lo peor que hay en Cataluña. De lo peor eclesialmente. Lo otro me trae sin cuidado o con poquísimo cuidado.
Dios los cría y ellos se juntan. Aunque ya sea en geriátricos. Triste apuesta aquella, para los apostantes, en la que las figuras llevan dodotis y hay que moverles en silla de ruedas. Y eso los que quedan. Que la mayoría ya se ha ido. Sin pena y sin gloria.
Tampoco me voy a r4crear aquí en lo patético del homenaje. Hasta me parece bien. Un pobre hombre, nunca fue más que eso, que dedicó la vida a algo que ya ve que no verá. Pues que tenga una pequeña alegría en la que los últimos de Filipinas desentonen el No pasarán, en catalán por supuesto, aunque todos sepan que el único paso seguro es el que ellos van a dar a la otra vida y sin el Nunc dimittis de Simeón.
Vale. Dalmau. En su línea. Sin alarma para nadie. Pues ya no es nadie. Nocreo que le maldiga ninguna persona. A lo más, alguno qe lea este artículo sirá: ¿Pero todavía vive ese Dalmau? Y estoy seguro de que sin el menor odio. Más bien desde ua absoluta indiferencia.